DEBATE // El Fascismo

Pablo Martínez Reques – Profesor Universitario @pemartinezr

Es una necesidad académica, pero también social y cultural que en estos días, en los cuales se ha usado tanto el término de fascismo de un lado y de otro, se dedique este DEBATE a hacer algunas aclaratorias conceptuales, ideológicas y prácticas sobre el tema.
Lo primero que decir es que el “fascismo” es una ideología política fundamentada en un proyecto de unidad monolítica. Hagamos un paréntesis. Una ideología política quiere decir que es un movimiento con un cuerpo de ideas argumentadas con objetivos políticos, es decir, se mueven en función del bien común. Fundamentada en un proyecto de unidad monolítica, significa que todos deben pensar igual, que el pensamiento debe ser único y quienes disientan, simplemente no tienen cabida.
Lo segundo que se debe asentir: el fascismo exalta la idea de nación sobre la idea de individuo, suprime la discrepancia política en beneficio de un partido único y los liderazgos regionales y movimientos locales en beneficio del centralismo y propone como ideal una sociedad perfecta. Hagamos un segundo paréntesis. Para el fascismo lo que importa es el desarrollo del país, la imagen del mismo ante el mundo, por encima de las personas y las familias. No es posible discrepar ni tener visiones distintas, lo único importante es ceñirse rigurosamente a lo que el partido único ordene. Nadie puede expresar la posibilidad de que existan líderes regionales distintos al líder supremo. En el fascismo, el poder, la toma de decisiones y los recursos deben estar centralizados en el máximo líder quien es el único con capacidad. La guinda de la torta, propone como ideal una sociedad perfecta, una sociedad única, con un ser humano también único, definido por lo que el líder y el partido decidan.
Lo tercero que se debe afirmar es que el fascismo utiliza los medios de comunicación y el carisma de un líder dictatorial en quien se concentra todo el poder. Otro paréntesis. El mensaje permanente del líder y el uso de los medios de comunicación para manipular y engañar, y de alguna manera, mantener la expectativa de la gente, del pueblo, solo sobre lo que éste opina, es algo característico del fascismo.
El cuarto elemento del fascismo es que se centra en el Estado. El pueblo es el cuerpo del Estado y el Estado es el espíritu del pueblo. En el fascismo el pueblo es el Estado y el Estado es el pueblo. Todo en el Estado y nada fuera de él. El fascismo proviene del Estado, es decir, del poder.
Los tres casos más destacados del fascismo han sido Benito Mussolini en Italia (1922), Adolfo Hitler en Alemania (1933) y Francisco Franco en España (1936), quienes aplicaron los cuatro elementos mencionados en los párrafos anteriores.
Considerando todo esto entonces, exigir derechos no es fascismo, pero impedir que otro ejerza el suyo sí lo es. Desconocer a una autoridad no es fascismo, pero romper la cabeza a otro por desconocer sí lo es. Pensar y opinar (disentir) distinto al régimen no es fascismo, pero, atacar y arremeter contra quien disiente sí lo es. Como ya se asintió, el fascismo proviene del Estado, del poder y es imposible que el fascismo devenga de quienes luchan contra el poder. Por tanto amigo lector, juzgue usted mismo de cual lado hay mayores expresiones de fascismo en Venezuela.

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