LA GUASACACA

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LAS AUDITORIAS DE JORGE. Cuando el 12 de febrero del 2.012 la alternativa democrática realizó las primarias para escoger al candidato presidencial unitario, procedió a la destrucción inmediata de los cuadernos de votación para evitar la sospecha de la reedición de la nefasta Lista Tascón. Capriles ganó esas primarias con un amplio margen; pero en un intento por descalificar este proceso, el antiguo Presidente del C.N.E y actual Jefe del Comando de Campaña de Nicolás Maduro, Jorge Rodríguez, soltó algunas perlas que ahora no puede recoger a propósito de la negativa del ente comicial de realizar la auditoría que está pidiendo Capriles para que no quede dudas de quién realmente ganó las presidenciales del pasado 14 de abril. Dijo cosas como “una elección no tiene ningún valor si no es verificable, si no es auditable”; “sin cuadernos electorales no es posible realizar auditorías”; y remata con un lapidario “una elección que no se pueda auditar, sencillamente, entra en el terreno del misterio, de lo impreciso”. Las preguntas obligadas son: ¿por qué Jorge Rodríguez cambió de opinión ahora con el “triunfo” de Maduro?; ¿dada la pequeñísima diferencia de votos entre Maduro y Capriles, no es especialmente recomendable una auditoría completa para aclarar las razonables dudas sobre esos resultados y así calmar al país?; ¿a qué le temen el C.N.E y el gobierno?; ¿es que en los cuadernos de electorales está la clave de un posible fraude electoral?. El pez muere por la boca, dicen en mi pueblo…
EL PAIS DE MADURO. Recuerdo que durante la campaña electoral, Capriles confesó que alguien le había recomendado que no se lanzara a las presidenciales porque Nicolás Maduro no tenía la capacidad para resolver la grave problemática social y económica que también había heredado de Chávez y que era cuestión de tiempo para ver su desplome, y así sería menos complicado llegar a ser Presidente de la República. Pero Capriles asumió el reto y decidió luchar en condiciones adversas y contra todo el poder de un Estado ventajista. La realidad es incontrovertible: al margen del resultado electoral, el liderazgo de Capriles se fortaleció y luce como el verdadero ganador. Sin embargo, para Maduro las cosas no pintan bien. A la crisis política producto de los sospechosos resultados electorales, se le suma una problemática relacionada con el aumento creciente de los índices de inseguridad; el desempleo galopante; la pobreza en aumento; la paralización de grandes misiones que eran la base del soporte político popular que tenía el oficialismo, como Barrio Adentro o Vivienda Venezuela; las fallas en la electricidad en gran parte del país; la escasez de alimentos básicos de consumo diario; el deterioro de la vialidad nacional y el desmedido aumento de la inflación, que ya este año supera los dos dígitos. Además, también tendrá que lidiar con la crisis interna en el Psuv por el reparto del poder. La cosa está tan complicada que no basta ir de vez en cuando a Cuba a pedir asesoría “gratuita” de cómo aplacar los demonios anticomunistas del ala militar de la revolución; o creer que los precios del petróleo sigan siendo la panacea a tanto problema. A Maduro le toca maniobrar en un país maduro, y no sería extraño que él mismo esté deseando que proceda la impugnación de los resultados electorales que hará Capriles en los próximos días, y que lo daría como el real ganador de las presidenciales.

DIA DEL TRABAJADOR. La clase trabajadora venezolana celebró su día en condiciones deplorables. La mayoría de los sindicatos no les ha permitido realizar sus elecciones; y los que lo logran, tienen que pasar un vía crucis para que el C.N.E los certifique. Las convenciones colectivas están paralizadas y el Estado no cancela los pasivos laborales o prestaciones sociales oportunamente. El salario es el más bajo de Latinoamérica, si se sincera el valor del bolívar respecto al dólar. Además, los empleados públicos que se cree que votaron por Capriles han sufrido un hostigamiento brutal en los últimos días porque más de 3.000 han sido despedidos a pesar de la inamovilidad laboral. Por si fuera poco, el aumento anunciado este primero de mayo ya es superado por la inflación galopante. En estas condiciones es poco lo que hubo que celebrar, y “El Presidente Obrero” no les cumplió con las expectativas a sus colegas. Este año las protestas por reivindicaciones salariales serán a diario; y ya se anuncia paros en varios gremios, como el de los profesores universitarios.
GOLPE AL PARLAMENTO. La negación del derecho de palabra a los diputados de la Unidad en la Asamblea Nacional por parte de su Presidente, Diosdado Cabello, refleja el carácter intolerante de este régimen al no permitir que se debatan los temas de interés nacional; pero el martes pasado este totalitarismo llegó a su clímax cuando fueron emboscados y golpeados por sus colegas del Psuv en una cayapa ruin y cobarde. Parecían una jauría en búsqueda de sangre. Fue un lamentable episodio que indica el deterioro institucional del país, porque el Poder Legislativo es uno de los soportes fundamentales de una República, como supuestamente es la nuestra. Lo que observamos fue el desarrollo de un Golpe de Estado Legislativo, que deja muy mal parado el comienzo del “gobierno” de Maduro y el rechazo internacional no se hizo esperar. Dignidad y valentía fue lo que demostraron las víctimas de este atropello; pero han prometido que seguirán en la lucha y regresarán al parlamento, las veces que sea necesario. Las cosas se están poniendo muy feas, y cuidado si hay un plan macabro detrás de estas agresiones para generar condiciones artificiales para salidas excepcionales.
TRAUMA POST ELECTORAL. Esta disociación psicológica se manifiesta de distintas formas; y no sólo la sufre quién pierde una elección sino quien las gana, sobre todo cuando la sensación de victoria no es plena. En el oficialismo sucede un fenómeno extraño porque a pesar de que Maduro “ganó” las presidenciales, hay muchos que comienzan a dudarlo por la negativa del C.N.E de realizar la auditoría completa. Según encuestas, más del 70% de los venezolanos está de acuerdo en que se aclaren los resultados electorales, y el más interesado debería ser el propio Maduro si quiere conservar su base de apoyo popular porque de lo contrario, el porcentaje de votos que obtuvo se verá disminuido a niveles peligrosos de ilegitimidad. Ya mucha gente en el chavismo comienza a dudar del “triunfo” de Maduro.

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