Crisis eléctrica, Orimulsión y gas natural

Ningún país está mejor dotado que Venezuela para generar electricidad. Sus posibilidades hidroeléctricas son excepcionales. El río Caroní es único a nivel mundial. Su potencial, en un recorrido de apenas 100 km, no tiene parangón. Sin embargo su desarrollo fue frenado por órdenes del propio presidente. Ni hablar de los retrasos en Tócoma, La Vueltosa y Uribante-Caparo.

Pero la hidroelectricidad hay que complementarla con plantas termo-eléctricas. Para alimentarlas contamos con la más variada gama de combustibles fósiles, incluyendo carbón, petróleo, gas y bitúmenes. Y eso sin contar el potencial eólico y solar.

Se pensó que dispondríamos de grandes reservas de gas natural no asociado. Se creó el proyecto Cristóbal Colón que hoy debería estar en plena producción. Lamentablemente a lo largo de casi 15 años se ha visto paralizado por razones de dogmatismo y estupidez. Redujimos sustancialmente las características del proyecto y le cambiamos el nombre de Cristóbal Colón a Mariscal de Ayacucho.

Todavía no ha salido el primer pie cúbico de gas utilizable del proyecto. Lo único que nos viene a la memoria es el hundimiento de la plataforma Aban Pearl que había sido contratada sin licitación a una empresa de maletín a la cual Pdvsa pagaba US$ 730.000/día por un taladro cuyo alquiler en el mercado era de US$ 358.000.

También nos dijeron que se había encontrado la reserva de gas «más grande del mundo» al oeste de la Península de Paraguaná en un contrato con la empresa española Repsol. En aquel momento señalaron que el yacimiento contenía suficiente gas para abastecer a España por 5 años. Resultado: todavía no hemos visto ese gas.

Me quiero referir ahora a otro caso igualmente triste: La Orimulsión. Se trata de una emulsión estable entre petróleo extrapesado de la Faja del Orinoco y agua, a través del cual se lograba un agente energético particularmente eficiente para generar electricidad. Se trataba de una tecnología 100% venezolana y el producto ya se estaba vendiendo en Canadá, Japón, China, Singapur, Dinamarca, Italia y Lituania.

Pdvsa intentó introducirla en EEUU a través de Florida. Sin embargo, allí se encontró con la oposición de los grandes intereses carboníferos de ese país que veían con temor la competencia de este nuevo producto.

En 1999, con el nuevo gobierno, alguien en Pdvsa se plegó (no sé por qué razón) a esos intereses carboníferos y allí comenzó el asesinato de la Orimulsión. Se dijo que era una manera de vender petróleo a precios de carbón. Nada más falso. La materia prima para la elaboración del producto son los crudos extrapesados de la Faja. Al nivel actual de producción -unos 400.000 b/d-, esas reservas tardarían unos 2.000 de años en agotarse.

La Faja hubiese soportado todos los planes de inversión en plantas de mejoramiento de crudo y además -como un negocio aparte- la Orimulsión.

Esta última nos habría permitido asociarnos en plantas generadoras de electricidad en el mundo desarrollado, haciendo nuestro aporte no en efectivo sino en contratos de suministro de Orimulsión, con lo cual hubiésemos maximizado nuestra ganancia, no en Orimulsión sino en dólares provenientes de la venta de electricidad. Pero esta gente prefirió abandonar uno de los proyectos bandera del país y cedérselo, no sé bajo qué condiciones, a China.

Qué falta nos hacen hoy en día tanto la Orimulsión como el gas natural no asociado que fueron sacrificados por esta revolución en el altar de su incompetencia. Hoy no tendríamos que importar diesel a un costo elevadísimo para atender las necesidades de generación termoeléctrica en Venezuela.

También se desatendieron las inversiones en generación y transmisión. Los rumores de corrupción en el sector eléctrico son alarmantes. El resultado es que al no contar ni con las plantas generadoras ni con los agentes energéticos requeridos, los venezolanos estamos arrastrando desde hace varios años una crisis eléctrica inaceptable. Ahora nos ofrecen que en 100 días va a quedar resuelta. Estemos pendientes.

Por último, hoy vemos a un presidente viajando por todo el continente en busca de legitimidad. Pretende obtenerla a cambio de barriles.

Pregunto: ¿no hubiese sido más racional ofrecer ayuda a Petrosur en forma de Orimulsión en lugar de petróleo? Ésta les hubiese ayudado a resolver sus problemas de generación de electricidad en forma mucho menos onerosa para nosotros.

José Toro Hardy

 

Salir de la versión móvil