Froilán Barrios Nieves *
Agradezco los numerosos mensajes de solidaridad y apoyo de lectores, amigos, trabajadores, empresarios, académicos ante el percance cardiovascular que sufriera y derivara en operación de riesgo en días pasados, igualmente agradezco al equipo médico y laboral de las clínicas de Caracas por sus atenciones. Son circunstancias que atraviesa el ser humano y le determinan aferrarse a la vida hasta el último aliento.
Confieso que situaciones extremas como ésta convierten tu vida, en un film de fracciones de segundo donde pasan por tu mente lo bueno, lo malo y lo feo que experimentaste. Para luego de superado el trance entrar en etapa de reflexiones y de evaluaciones, que determinan un cambio radical a la nueva situación de tu organismo. Felizmente hoy me encuentro en fase de recuperación acompañado del amor de mi esposa Minerva, de mis hijos y familiares.
Todo el mundo me recomienda tomar las cosas con calma estableciendo como prioridad la salud, cuestión que comparto para bien de mi entorno y al mismo tiempo me hago la pregunta ¿es posible permanecer indiferente a este año 2013 y sus avatares políticos?. Por tanto respetando las recomendaciones utilizaré esta trinchera de opinión semanal para nuevos análisis con la calma del paciente que desea compartir una Venezuela para todos.
La crisis terminal que vive nuestro país requiere de visión de país y propuesta de sociedad ante el rotundo fracaso del Modelo del Estado Comunal Chavista, quedarse sólo en lo visible del fraude electoral no es suficiente para superar la crisis, se requiere profundizar en los males congénitos de nuestra historia, nuestra economía, en la psiquis de los resentimientos sociales para ofrecer una alternativa seria, es una obligación.
Cada día reafirmo mi convicción que además de reinstitucionalizar al país la urgencia de un modelo de sociedad, alrededor del mundo del trabajo constituye la prioridad inmediata. La alianza entre capital, trabajo y Estado en función de los intereses nacionales, en lugar de la exclusión por parte del Estado, del trabajo y el capital nos conduce a la ruina de hoy.
De allí el origen de mis objetivos como profesional universitario, dotar a los trabajadores de una fortaleza que reconozca su aporte en el nuevo país a reconstruir. Para lograrlo requerimos de una Central Sindical poderosa más allá del nombre, y de una organización política que nos represente y nos dé vocería en las instituciones del Estado.
Retomando aquel viejo dicho llanero donde nadie se muere en la víspera, lo cierto del asunto es que para vivir se requiere voluntad de eso, de vivir y de tener metas que signifiquen y modelen la nueva sociedad que aspiramos construir en esta nueva fase política de nuestro país. Si en ese camino han avanzado otros países de nuestro continente ¿por qué no podemos lograrlo nosotros? Si desde Gómez hasta el presente siglo XXI el cuestionamiento a todo gobernante ha estado relacionado con la renta petrolera y el país ha sobrevivido y lo hará frente al más grande fraude de nuestra historia republicana. Seguro estoy que la vida brindará nuevas oportunidades.
* Movimiento Laborista