Sindicalismo venezolano debe revisar su agenda

Froilán Barrios Nieves *

* Movimiento Laborista

Frente a un gobierno orientado a enriquecerse cada día mas a tal extremo que la relación de distribución de la riqueza es de 70% bajo su control y el restante 30% se registra en el capital privado y el factor trabajo, explica su tacañería a la hora de otorgar divisas necesarias a los sectores productivos y su rechazo rotundo a negociar los contratos colectivos de casi 2.000.000 de trabajadores del sector público.

Pareciera que su consigna verdadera fuera “gobierno rico, pueblo pobre y progresiva extinción del sector privado”, para de esta manera ser el amo absoluto de la riqueza nacional, profundizando la economía de puertos creadora de una burguesía bolivariana depredadora. Del sector laboral tan sólo logra sobrevivir a esta perversa economía inflacionaria, aproximadamente unos 500.000 trabajadores del sector privado, quienes aún negocian y actualizan sus contratos colectivos.

¿Qué significa esta cruel realidad para el sindicalismo venezolano? Que debe producirse un salto cualitativo en su agenda, debe añadir a la agenda reivindicativa y antidiscriminatoria, propuestas que integren a la inmensa población laboral mayoritaria, quien no esta afiliada a ningún sindicato o gremio, sea en la economía formal, informal o desempleados. Estamos hablando de casi 11.000.000 de trabajadores de una Población Activa de 13.300.000.

En torno a la propuesta de “Más Empleo y Salario en Expansión son los salarios factores esenciales para reducir las desigualdades en el país”, es el planteamiento del gobierno de Dilma Roussef, presidenta de Brasil con la creación de 4,12 millones de nuevos empleos formales desde el inicio de su mandato en 2011

El número incluye tanto nuevos empleos generados gracias al crecimiento económico de Brasil, como a trabajadores que carecían de contrato y fueron formalizados por sus empleadores, lo que les permite disfrutar de todas las garantías laborales oficiales. Esto le ha permitido a su gobierno la tasa de desempleo en los menores niveles de la historia. En marzo pasado, por ejemplo, era del 5,7%, la menor para este mes en los últimos once años. Eso muestra que Brasil vive prácticamente en pleno empleo y que el desempleo tiende a mantenerse muy bajo. La mandataria destacó que más de la mitad de los más de cuatro millones de nuevos empleos formales de su gestión fueron generados por el sector servicios, lo que demuestra que el crecimiento del país está elevando la calidad de vida de la población. Determinando un nuevo perfil de consumo, con una demanda mayor y más diversificada por servicios y no por productos básicos, es demostración de esa mejor calidad de vida. Así también citó en su programa otros factores, la «creciente formalización del trabajo, la valorización del salario mínimo, cuyo poder de compra creció más del 70% en los últimos diez años; los 19,5 millones de nuevos empleos formales generados en los diez últimos años y la extensión de políticas sociales de combate a la pobreza son, los grandes responsables por la reducción de la desigualdad en Brasil.

Ojalá el mandatario nacional aprendiera alguna luz de la experiencia del vecino país.

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