TROMPO EN LA UÑA// Ahora Santos… por @FMPinilla

Pinilla
Trompo en la Uña de @FMPinilla

No deja de sorprenderme la desfachatez y lo cara e´tabla de este gobierno. ¿Hasta cuándo? Creo ya es hora de dejarnos de payasadas y afrontar nuestras realidades. Vengo varias semanas dedicando mis columnas a hablar de la falta de ética, la falta de valor y amor por este país maravilloso, lleno de excusas para tapar las falencias nacionales.

Ahora es Santos. Resulta que, luego de meses de idilio desde que, el finado y el presidente colombiano, hicieran las paces y el neogranadino se convirtiera en el “nuevo mejor amigo”, nuevamente la situación se hace turbia. Primero, es bueno recordar la fanfarronería característica del difunto que, en reiteradas ocasiones, gritó e insultó a Juan Manuel Santos por ser un guerrerista, lacayo del imperio, cuando este ocupaba el cargo de ministro de la defensa de gobierno de Álvaro Uribe. Las amenazas llegaron a niveles de romper las relaciones, si Santos llegaba a la presidencia. Sin embargo, aunque esto sucedió, la tradición de diplomáticos de los colombianos brilló sobre los gritos del difunto que, finalmente, cerró la boca y aceptó que no le convenía tener problemas con Colombia.

Los meses pasaron y Santos se dedicó a cobrar las deudas que el gobierno nacional mantenían (y mantienen muchas aun) con los empresarios colombianos que le exigían a su gobierno, mejores oficios para recuperar cifras multimillonarias que estuvieron en el aire por las peleas entre Uribe y el difunto. Lógicamente, para recuperar la posibilidad de abastecer a Venezuela con los productos neogranadinos que se han dejado de producir en el país, Santos se mantuvo en una política distante, pero cercana. No pertenecía al combo de sanguijuelas que, como Cuba, Bolivia, Nicaragua y Ecuador, vivían recibiendo buenos beneficios por apoyar y sonreír junto al finado, pero La política, aunque criticada por los adversarios políticos del presidente neogranadino, funcionó y fue aplaudida por los empresarios y comerciantes de la frontera o con algún nexo con Venezuela.

Los opositores se manutuvieron distantes de aquella “amistad” aludiendo que, no se podía mantener relación con quién trata de iguales a grupos subversivos, enemigos de la estabilidad democrática colombiana, como el caso de las FARC. En un juego de estrategias, Santos logró, por lo menos en apariencia, frenar la colaboración con grupos de izquierda que en el pasado habían recibido estatus de beligerancia por parte del difunto, y que ahora, aunque jamás se ha colaborado para frenar el conocido tránsito por el territorio nacional de los cabecillas del grupo terrorista, les costaba reconocerlos como iguales desde Miraflores.

Por meses se han realizado “capturas” desde Venezuela de algunos narcotraficantes, importantes, pero de rango menor, que contribuye en la búsqueda de desestabilizadores del hilo democrático colombiano. Santos, siempre representado por la canciller Holguín, mantuvo relaciones diplomáticas que han significado, “colaboración” desde Caracas en el tema de seguridad y  para Venezuela abastecimiento de productos y servicios. Sin embargo, como dice Héctor Lavoe, “todo tiene su final”.

Y todo tiene su final porque la desfachatez es mayúscula en un gobierno que, se inmiscuye en las políticas de todos los países, pero no acepta opinión ninguna sobre su gestión. Un gobierno que con arrogancia habla de democracia, pero llama “camarada” a los miembros de las FARC, grupo terrorista que no ataca al gobierno colombiano, sino por el contrario al pueblo indefenso, a campesinos inocentes que pecan, según ellos, por no colaborar en cubrirlos cansados de sus atropellos y violaciones. Un gobierno que ha rendido homenaje a nombrados líderes de ese grupo terrorista tras las muertes de estos, mientras han huido de las autoridades, refugiándose en el poder económico que sustentan como conocidos narcotraficantes. Es pues, este gobierno, el mismo que se siente ofendido, por lo que ellos han llamado, “complot” gestándose desde Bogotá, tras la reunión PÚBLICA, entre el GOBERNADOR DEMOCRÁTICO del estado Miranda y el presidente neogranadino.

Sencillamente una total cortina que buscar tapar las realidades nacionales. Defino: un complot, es una reunión secreta entre varias partes. ¿Alguien me puede explicar la parte secreta de esa reunión? Escuchamos voceros hablar de recibir a un hombre “al margen de la ley” en el palacio de Nariño. ¿Me pueden explicar quién es ese? Hasta dónde sabemos, el que se reunió con Santos, en un encuentro del conocimiento público, era, repito, el GOBERNADOR DEMOCRÁTICO del estado Miranda, ex candidato presidencial (victorioso, hasta que el CNE juegue limpio y haga un verdadero reconteo de votos y pruebe lo contrario), quién tiene una aceptación de la mitad del país, según números oficiales del CNE.

¿Entonces de qué hablamos? ¿Qué clase de cuento chino es el que, ahora, nos quieren echar? Los motivos del cuento chino son conocidos: Un gobierno que devaluó su moneda y que está, según rumores de especialistas, listo para volverla a devaluar en menos de seis meses por tercera vez. Rumor, éste último, que parece probable, ante el déficit económico que no logra arreglar el gobierno. La realidad nacional revela un país consumido por la violencia que ningún plan logra frenar y que termina por sitiar a la ciudadanía. Un país sin producción de materia prima, ni de ningún rubro, terminando por reflejarse en el desabastecimiento nacional, acelerado por la falta de divisas para importar, y así, medio disimular la cosa.

Esa es la Venezuela que quieren tapar con el tema de la OTAN, de Santos, de las amenazas de posibles “golpes” y “magnicidios” en conjunto con EEUU (país que ignora a Venezuela) en contra de un gobierno que ahora, hasta necesita que le paguen las viviendas de Misión Vivienda.

El gobierno ahogado por la corrupción y el amiguismo, continúa sobreviviendo gracias a la renta de una PDVSA mal aprovechada, y que busca desarticular a la oposición y callar a sus líderes, sin entender que el descontento no lo sembró la antigua Globovisión, El Nacional o algún político. La arrechera nacional nace de su propia ineficacia y de la producción de fracaso.

Ahora Santos, mañana la cortina será otra.

Fernando Pinilla / @FMPinilla

 

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