De la UCAB han egresado, en cincuenta y cinco años, cerca de setenta mil profesionales de distintas escuelas y facultades, quienes hemos desempeñado las más variadas funciones desde todas las empresas e instituciones privadas y públicas de la nación.
Rafael Díaz Casanova
Este mes se están iniciando los eventos que celebran los primeros sesenta años de la Universidad Católica Andrés Bello.
Estábamos bajo el gobierno que presidía Marcos Pérez Jiménez; era Ministro de Educación el doctor José Loreto Arismendi. Su aprobación está promulgada en el Decreto No. 42 que aparece en la Gaceta Oficial del 19 de octubre de 1953, número 24.269.
Con una previsión en la ley vigente se aprobó el funcionamiento de las dos primeras universidades privadas del país. Primero la Universidad Santa María, obra de la insigne educadora doña Lola Fuenmayor, continuidad de su Colegio Santa María. La otra, nuestra Alma Mater.
Entendemos que la Universidad Católica fue autorizada a la Iglesia, al Arzobispado de Caracas. Esta institución, bajo el mandato del recordado Monseñor Lucas Guillermo Castillo (1878-1955), tío del eminente Cardenal Rosalio Castillo Lara, encargó, para su desarrollo, a la Compañía de Jesús.
En sus comienzos se llamó Universidad Católica, el 7 de julio de 1954, se concretó la idea del Rector Carlos Guillermo Plaza s.j. (1953-55) y se le dedicó a Andrés Bello como tributo al más grande humanista de Venezuela. Se colocó un busto del ilustre venezolano presidiendo el local de Jesuitas, hoy está en el Rectorado de Montalbán.
Desde el Rectorado hemos tenido eminentes hombres. En 1955 lo ocupó el eminente Pedro Pablo Barnola s.j. quien dirigió la casa de estudios hasta 1959. Al historiador lo sucedió Carlos Reyna s.j. quien dedicó diez años a su labor de Rector. Entre 1969 y 1972 la dirección de la UCAB estuvo bajo el gobierno de Pío Bello s.j. Desde 1972 hasta 1990 la UCAB fue puesta bajo la dirección del ingeniero, egresado en la primera promoción de la UCAB (1958), Guido Arnal Arroyo quien hasta hoy ha sido el único rector seglar. En 1990 hasta el año pasado tuvimos nuestra Alma Mater bajo la hábil mano de Luis Ugalde s.j. quien la condujo de manera impecable y todavía celebramos la elección de Francisco José Virtuoso s.j. a quien hoy le toca continuar la labor de sus predecesores.
Santiago Vera Izquierdo y Manuel Reyna Rodríguez fueron los Decanos de las Facultades de Ingeniería y Derecho que fueron las dos primeras en funcionar.
De la UCAB han egresado, en cincuenta y cinco años, cerca de setenta mil profesionales de distintas escuelas y facultades, quienes hemos desempeñado las más variadas funciones desde todas las empresas e instituciones privadas y públicas de la nación.
Para el desarrollo de la UCAB desde su funcionamiento en la esquina de Jesuitas en la casa del Presidente Andueza Palacios y la casa de José Gregorio Hernández hasta el “campus” de Montalbán, se ha contado con importantes contribuciones de muchas empresas e instituciones y de una pléyade de ciudadanos que con dinero y con acciones, ayudan a la Compañía de Jesús para que hoy tengamos una universidad que tiene influencia directa en muchas comunidades. San Cristóbal, Ciudad Bolívar, Coro, Los Teques y La Castellana son sitios donde la UCAB ha desarrollado centros “satélites” de educación y de acción.
Al Rector lo acompañan los miembros del Consejo Fundacional, del Consejo Académico, de la Fundación Andrés Bello, del Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico, de la Compañía de Jesús, del Episcopado Venezolano y de hombres y mujeres inteligentes, donde muchos de los que hoy trabajan, asistieron y aprendieron en sus pupitres. Cuenta hoy con el apoyo decidido de la Asociación de Egresados.
La UCAB mantiene y desarrolla acciones sociales en todas las comunidades donde está asentada y colabora de manera decidida con las comunidades de ciudadanos, especialmente quienes necesitan de mayor ayuda. Esta se manifiesta tanto en soluciones a sus problemas como en educación a sus miembros.
Sólo nos queda sumarnos a la celebración de esta efeméride e invitar a todos sus egresados a que se incorporen activamente a las labores de esta magnífica institución que tanto nos ha dado.