Liceo de Tácata se encuentra olvidado y sumido en ruinas

ESCUELA TACATA
Los habitantes del pueblo montañoso aseguran que «el gobierno de calle» pasó tan rápido que no les dio tiempo de plantear todas las problemáticas

Trabajadoras del comedor no cobran ni sueldo mínimo

Al final de la empinada colina una carretera poco asfaltada y llena de numerosas y grandes «troneras» conduce hacia el recinto escolar que lleva por nombre Unidad Educativa Nacional Monseñor Pérez León, donde una pared derruida da la bienvenida a los estudiantes, profesores, personal administrativo, madres procesadoras y visitantes en general.

Al ingresar al liceo  se puede observar el patio central que sirve de cancha;  a su alrededor se aglomeran los alumnos para conversar sentados en el piso a las afueras de los salones de clases que carecen de aire acondicionado y ventiladores. A simple vista salta la falta de mantenimiento que sufre toda la estructura a nivel general.

Las paredes que separan los salones y pasillos se encuentran rayadas y les hacen falta unas cuantas manos de pintura; el techo es un agente cancerígeno ya que está construido de asbesto, el olor a orina impregna parte de los pasillos. Hay aulas de clases que se encuentran totalmente destruidas y que poco a poco con la ayuda de los estudiantes se han ido recuperando.

Los baños de la institución fueron arreglados por la Fundación para el Desarrollo Educacional y Social(Fedes), los profesores aseguran que pocos meses después de haber culminado su reparación éstos se «cayeron a pedazos» porque  las pocetas, lavamanos y cerámicas eran de “tercera calidad”, por lo que no fue mucho lo que duraron en pie.

«El Gobierno y el Ejecutivo regional nos han dicho que tenemos la aprobación de un crédito para la reparación del liceo pero aún no nos ha llegado nada. Con ese supuesto crédito se planteó la construcción de una nueva unidad educativa en otro terreno que ya tenemos pero ahora no aparece el dueño de ese terreno», informó el profesor Manuel Ramírez.

Invasión

Hace  tiempo algunos vecinos tumbaron la cerca perimetral del liceo para  construir ranchos en lo que una vez fue el patio secundario de la institución, adueñándose del terreno sin que ninguna autoridad hiciera algo al respecto.

En la parte trasera pueden verse las numerosas viviendas improvisadas que se han erguido. Muchos habitantes de Tácata aseguran que ese sector «es un nido de delincuentes».

Profesores debieron levantar una cerca para cerrar el paso de esos invasores a la institución, por lo que parte de uno de los salones quedó por fuera. Allí los delincuentes hacen de las suyas lanzando objetos contundentes hacia el interior de las  aulas de clases cuando los estudiantes están en horas académicas.

«Vienen con sus motos, se paran aquí y comienzan a acelerar los motores para sabotear las clases», manifiestan algunos profesores. Igualmente, los maleantes se ponen a tomar y a fumar drogas en esa esquina.

¿Cocinar sin utensilios?

La matricular escolar es de unos 340 estudiantes según indicó Ramírez, a los que mediante el Programa de Alimentación Escolar (PAE) se les da el almuerzo en el comedor escolar  todos los días.

A pesar de que los trabajadores manifiestan que los alimentos y su distribución «son puntuales y de buena calidad», aseguran que necesitan licuadoras industriales, ayudantes de cocina, filtros, neveras y molinos, ya que carecen de estos utensilios para  hacer los diferentes menús diarios.

Francisco Gutiérrez indicó que las bombonas de gas deben comprarlas ellos  porque el camión  no sube hasta el recinto escolar, por lo que deben adquirirla en otros sitios.

«El pago es una miseria, no ganamos ni sueldo mínimo», dicen  las madres procesadoras que trabajan prestando este servicio al liceo. «Aquí estamos trabajando con las uñas».

No sólo la falta de implementos para cocinar enfrenta el comedor escolar, los robos de alimentos suceden casi diariamente por parte de personas ajenas a la unidad educativa. Los maleantes aprovechan las noches para meterse a robar cualquier tipo de comida que encuentran a su paso. Algunas veces rompen las paredes para poder sustraer la mercancía de la cocina.

Sin poder celebrar

«Durante las actividades de la semana del liceo debemos valernos de la presencia policial, ya que en este sector siempre surgen enfrentamientos entre bandas. Apenas escuchan una musiquita se aglomeran personas a la entrada de la institución y acceden sin permiso a las celebraciones», expresó el profesor Ramírez.

Como consecuencia de esto muchas veces han tenido que suspender los eventos   que realizan durante la semana del liceo para  evitar hechos lamentables y mantener la calma dentro de la instalaciones.gf

¿Gobierno de calle?

«El gobierno de calle que empezó en el municipio Guaicaipuro debería mandar una comisión para que podamos plantearle las necesidades y problemáticas que tenemos en cuanto a la estructura del único liceo que tiene Tácata», declaró Sonia Medina,  profesora de la unidad educativa.

Muchos son los habitantes de este recodo mirando que expresan que «el gobierno de calle pasó tan rápido que la comunidad no tuvo tiempo de acercarse para dar a conocer todas las carencias que tenemos».

Profesores de la Unidad Educativa Nacional Monseñor Pérez León aseveran que  hay fallas en todos los ejes del liceo. «Tenemos falta de profesores,  de personal de administrativo, transporte, limpieza y seguridad».

El recinto escolar está resquebrajado por la  mitad debido al último terremoto que sacudió a la población de Tácata. «Literalmente estamos guindando en el aire y nadie ha venido a arreglar eso», declararon muchos de los trabajadores del liceo.

Ronald Gil – rgil@diariolaregion.net / @thedaniels21

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