Para el Secretario Adjunto de la Mesa de la Unidad Democrática el gobierno pretende sustituir a la educación libre por una ideologizada que esté al servicio del régimen
“La lucha universitaria debe seguir adelante, porque, más allá de buscar reivindicaciones económicas, significa la supervivencia de la educación superior en Venezuela”, así opina el secretario adjunto de la Mesa de la Unidad Democrática, Ramón José Medina, luego de repudiar los hechos de violencia ocurridos el día miércoles en la Universidad Central de Venezuela, después de la llegada de una marcha de profesores procedentes del interior del país.
Para Medina, la política del gobierno de asfixia a las universidades venezolanas tiene como fin su sustitución por instituciones complacientes e ideologizadas al servicio del régimen, tal como se ve en todas las casas de estudio creadas durante los últimos catorce años, cuyos docentes, como en el caso de la UNEFA, deben sufrir en silencio ante los maltratos salariales y laborales a los que son sometidos: “Un país que tenga el propósito de progresar debe ofrecer las oportunidades necesarias para que todos los pobladores y tener como prioridad un sistema educativo de calidad, que respete la libertad de pensamiento y donde el Estado garantice la gratuidad de la educación”, agregó.
El directivo de la Unidad venezolana considera que la reconducción presupuestaria que sufren las universidades autonómas desde el año 2006, tienen como objeto “acusar a sus autoridades de corrupción y desprestigiarlas, al decir que sí le han llegado los recursos, pero que no rinden cuentas, cuestión que es totalmente falsa”, afirma.
De igual manera, a Medina le parece insólito que los gremios profesorales no hayan sido incluidos en las negociaciones con el Ejecutivo Nacional que rindió como frutos un aumento escalonado de setenta y cinco por ciento en todos los escalafones: “Desde 2006 no se discuten beneficios laborales para los docentes y trabajadores, mientras que las normas de homologación datan de 1982”, asegura el dirigente, quien, además, dice que es increíble que un profesor instructor a tiempo completo gane Bs. 2.677, mientras que las becas estudiantiles se limiten a Bs. 400 mensuales: “Así nadie puede vivir en un país con una inflación anualizada que supera los 30 puntos porcentuales”, concluye.