José Gregorio González Márquez
La oposición en Venezuela no tiene vergüenza. Después de desconocer los resultados de las elecciones del pasado 14 de abril, atacar sin razón al Consejo Nacional Electoral, intentar incendiar al país con falsos argumentos, se prepara ahora para participar en los comicios del venidero diciembre. Lo que comenzó con el grito de fraude y el llamado a drenar la “arrechera” manifestando en la calle, hoy se desdibuja poco a poco, para justificar la participación de la MUD el próximo ocho de diciembre.
Las bravuconadas de Capriles y su séquito de golpistas se difuminan en el tiempo. La campaña de desconocimiento del gobierno legítimamente electo, no le funcionó dentro del país. Fomentar matrices de opinión falsas en el exterior intentaba incubar un movimiento de rechazo contra el Presidente Nicolás Maduro Moro y su gabinete, pero no lograron nada.
La desmemoria opositora es una táctica común por los predios de la MUD. Cada vez que se realizan elecciones forman alharacas para acusar al CNE de favorecer al gobierno. Lo hizo Ramos Allup y lo seguirán haciendo desde la mesa de la unidad.
La oposición jamás reconocerá al árbitro electoral. Siempre hará lo posible para desprestigiarlo pues de esta manera justifica sus fracasos. Lo mismo sucede con el trabajo que hace el gobierno. El reconocimiento que hace la FAO a Venezuela es motivo de burla y desprecio. Para ellos, el “régimen” compra la conciencia de cuantos reconocen su labor.
Resulta penoso que irrespeten a Organismos Internacionales serios. Incluso siguieron los pasos del Presidente Maduro para predisponer a los gobiernos europeos en contra de la Revolución Bolivariana.
No se entiende como acusan al ente comicial de tramposo y deciden seguir participando en elecciones. Qué excusa van a esgrimir cuando resulten derrotados en alcaldías y como justificarán cuando ganen en otras.
Capriles se ha encargado de engañar a sus seguidores. Jamás tuvieron pruebas de fraude; el error cero que dio la auditoría demostró la transparencia del proceso de abril. Continuarán conspirando con la esperanza de volver al poder. Jamás lo lograrán.