Leandro Rodríguez Linárez
Basta de hablar de otras naciones, justificar nuestros errores o consolarnos argumentando que en tal o cual país son mejores o peores que nosotros en determinado asunto… amiga/amigo lector, esto es Venezuela, una tierra incomparable, bendecida naturalmente como ninguna otra. ¿Qué debe hacer el gobierno? Los venezolanos debemos mirar hacia adelante, ajustarnos al verdadero reto que implica la transformación del país, aprender de los errores que una y otra vez nos han recalcado que seguir dependiendo del petróleo solo nos condena al tercer mundo, que lo importante es exigir resultados a los gobernantes, que la educación y el trabajo son los pilares fundamentales del progreso, del desarrollo.
El gobierno, que no es más que la administración de lo público, debe velar por crear condiciones óptimas que permitan el pleno desarrollo de los ciudadanos, velar porque la educación mantenga niveles de excelencia con infraestructura adecuada, con profesores óptimamente remunerados y contenidos académicos día a día innovados.
El gobierno debe velar porque la prestación de los servicios públicos funcionen eficientemente, que el servicio público de salud, la seguridad ciudadana, los servicios básicos como la electricidad y las políticas de transporte presenten características proclives a incrementar la calidad de vida. Debe ser quien fomente el desarrollo productivo público (en nuestro caso por el monopolio de las riquezas minerales) y por el desarrollo del aparato productivo privado, a fin que éste genere bienestar, empleo y crecimiento económico, ello a través de instituciones eficientes altamente profesionales en apego irrestricto a la ley, sin vicios partidistas ni politiqueros, pues cuando las instituciones que de él dependen se pervierten dan paso a la escasez, a la especulación, a la explotación laboral y evasión de impuestos.
No hay que confundir acompañamiento, la sinergia que debe existir entre los poderes públicos, con usurpación de funciones, el gobierno debe, como señalamos, administrar la “cosa pública” en los términos expuestos, todo se complica gravemente cuando el gobierno pretende legislar permanentemente, cuando administra justicia, cuando dirige procesos electorales, cuando se convierte en tutor de los poderes que deben fiscalizar y controlar, cuando esto pasa se abre paso a un sistema político aberrado, cuyo poder ejecutivo se sobredimensiona sustituyendo los Fines del Estado por los fines de una casta política imperante… es vital comprenderlo.