El público aún aplaude la memoria de Juana Sujo. Cuando la actriz Juana Sujo pisó tierra venezolana, aquel 28 de Abril de 1949, ya venía precedida de grandes méritos académicos y profesionales en el teatro, el cine y la radio de Buenos Aires, Argentina. De ello se recuerda el “Premio Municipal” a la mejor actriz en 1945 por su intervención en la comedia “La Voz de la Tórtola”, del dramaturgo John Van Druten. Ya antes y de la mano de su maestra Ilka Grüning, la famosa actriz alemana, había participado en grandes obras de la dramaturgia universal como lo constituye uno de los personajes de Henrik Ibsen “Peer Gynt”. Además, su prestigio está sustentado por sus trabajos como actriz en el plano interamericano, destacando su protagonización en montajes en Alemania, Argentina, Chile, Brasil, Uruguay y Perú.
El pretexto de la llegada de Juana Sujo al país
Como es del conocimiento público, su llegada a nuestro país sólo fue un subterfugio para coprotagonizar dos largometrajes para la empresa cinematográfica “Bolívar Films” como lo fue: “El Demonio es un ángel” y “La Balandra Isabel llegó esta tarde”, al lado de Arturo de Córdoba y Virginia Luque. Sin embargo, hay que resaltar este acontecimiento artístico y profesional, pues su presencia fue muy notoria al punto que los productores le plantearon la necesidad que la actriz Juana Sujo fuera la persona encargada de capacitar técnicamente al personal que era necesario en dichas películas. Así nació el “Estudio Dramático”. De aquel primer paso, continuaron otros más y con mayor vigor, pues esta iniciativa se había realizado sobre bases sólidas y que el tiempo se ha encargado de confirmar esta apreciación. Ya establecida en la capital venezolana, la actriz Juana Sujo comenzó a relacionarse en el medio artístico, especialmente en el teatro, y de esta manera, paralelo a su labor como docente, de inmediato fue convocada por los más ilustres directores y realizadores de las artes escénicas del momento, entre los que se encuentra Alberto de Paz y Mateos, Horacio Peterson, George Stone y Román Chalbaud.
La conquista de Juana Sujo al público venezolano
El debut de Juan Sujo en el teatro venezolano fue con la pieza de Jean Cocteau “El Indiferente”, bajo la dirección de Alberto de Paz y Mateos. Luego el monólogo “Antes del Desayuno” de Eugene O’Neill con dirección de la italiana Mara Poeta, quien se encontraba de paso por Caracas; “Lluvia”, de Somerset Aughan, según puesta en escena de Horacio Peterson.
Después de esta relación profesional, continuaron memorables montajes de obras teatrales como lo fueron: “Armiño”, de Jean Anouilh; “Lecho Nupcial”, de Jan Martog; “Mesas Separadas”, de Terence Rattigan, con la cual se inició la Rama Latina en el Theater Club de la ciudad de Caracas, “La Dama Boba”, de Lope de Vega; “Chuo Gil”, de Arturo Uslar Pietri; “Réquiem para u Eclipse”, de Román Chalbaud; y para finalizar “El Quinto Infierno”, de Isaac Chocrón, última aparición en público de la actriz Juana Sujo, en el Teatro Los Caobos, en el año 1961. El pasado 11 de Julio, al rememorar los 52 años del mutis de la actriz Juana Sujo, el público venezolano aún no olvida a una de las intérpretes legendarias de Latinoamérica y venezolana, pues se trató de una actriz extremadamente sensible y famosa por su peculiar estilo interpretativo, pero también lo que significó su disciplina y ética profesional. Por todo ello, también hay que resaltar que, desde su púlpito pedagógico, Juan Sujo tenía la facultad de seguir los pasos de cada uno de su alumnado, de manera de estudiar su situación y de esta manera, iniciar el ciclo de transformación, mediante el desarrollo de su talento nato, su disciplina; pero siempre haciendo énfasis en que era obligatorio que los alumnos asistieran a un estreno teatral, un concierto sinfónico, una exposición de pintura una conferencia, una película de autor, y hasta una gala de ballet clásico, sin olvidar la lectura permanente de los grandes clásicos de la literatura nacional y universal. Repetía una y mil veces que los artistas tenían una misión social dentro del país, pues eran entes comunicantes y para ello había que estar capacitados en todos los aspectos, principalmente humorístico. Esta fortaleza de Juana Sujo no fue por casualidad, pues debido a su cultura teatral, ya que dominaba perfectamente todas las teorías y métodos de los afamados maestros a nivel mundial, iniciándose en Alemania con el método de Konstantin Stanislvsky. Luego continúo con Max Reinhardt, hombre de teatro austriaco, eminente director y descubridor de actores. Igualmente tuvo conocimientos de Bertolt Brecht, André Antoine, Adolphe Appia, Vsevolod Meyerhold, Jacques Copeau, Jerzy Grotowski, Vladimir Nemirovic Danchenko, Jovgeni Vajtango, Lee Strasberg, y por último asistió a clases magistrales en el Estudio de la actriz Stella Adler, quien fue su gran amiga y quien pertenecía a la dinastía del teatro norteamericano.
Sus otros grandes logros
Otros de los aspectos que hay que resaltar al conmemorarse el 52 aniversario de la desaparición física de Juana Sujo, lo constituyen las numerosas producciones teatrales, tanto de la dramaturgia nacional como universal, donde ella estaba presente bien como productora o directora. Además, creó junto con su esposo el actor Carlos Márquez, la Sociedad Venezolana del Teatro. Fundó el Teatro Los Caobos, la primera compañía teatral profesional que se conoció en el país; su Estudio Dramático que posteriormente se transformó en Escuela Nacional de Arte Escénico, y que tras su muerte, pasó a llamarse “Juana Sujo”.
En lo que respecta a su participación en el cine argentino, merece señalar su intervención en los films “Eclipse de Sol”, junto a la inolvidable Libertad Lamarque, y “La Trampa”, al lado de figuras como Zully Moreno, Jorge Rigaud y Juan Corona. Este recuerdo de lo que significó la presencia de Juan Sujo en la escena nacional, permitiría hacer un balance positivo y establecer las causas por las cuales el Estado Venezolano aún no le ha dado el valor y la prestancia que se merece esta inmortal artista que lo dio todo por impulsar y desarrollar las artes escénicas nacionales con rango profesional. Sencillamente, la madre adoptiva del teatro venezolano fue única y quien es auténtico en sus hechos debe permanecer en el tiempo.
Salomón en La Cultura
Salomón Benshimol R