Industria del cine venezolano prevé producir unas 30 películas este año

 «Eso sería una cifra nunca vista en nuestra industria», expresó  el director cinematográfico Luis Alberto Lamata

CARACAS, (Especial). La industria del cine venezolano prevé producir unas 30 películas este año, subrayó el director cinematográfico Luis Alberto Lamata. «Este año aspiramos a tener 30 películas. Eso sería una cifra nunca vista en nuestra industria», expresó entrevistado en el programa Dando y Dando, transmitido por Venezolana de Televisión.
Destacó que la producción cinematográfica en el país se ha incrementado en los últimos por el aumento en los niveles de compromiso de quienes producen y dirigen las cintas.
Además, explicó que hay una generación joven, preparada, con propuestas frescas e interesantes. «Siento que lo fundamental es que los venezolanos queremos vernos en pantalla. Creo que es la esencia de todo, y queremos vernos desde distintos ámbitos», añadió.
Lamata enfatizó que todas las películas nacionales puestas en cartelera han tenido buena receptividad del público. «Lo interesante es que los cineastas no están defraudando a su público, que de alguna manera no se trata sólo de un problema de cantidad, de que estamos estrenando más películas. Siento que estamos haciendo mejores películas también», agregó.

Azú: Otra mirada sobre la esclavitud
Lamata también se refirió a su película Azú, que cuenta la historia de una niña africana que ha sido secuestrada y llevada a la fuerza a tierras americanas, donde posteriormente es vendida como esclava.
«La esclavitud es una etapa de nuestra historia que mucha veces pasamos como tradición, y estamos hablando de más de 300 años de esclavitud en el país, que no se cuentan o que se cuentan mal», expuso.
Esta producción surgió de una idea de la investigadora y crítica de cine Patricia Kaiser, quien tomó un aviso de prensa de la época, en el que se pedía señas de esta esclava fugada.
La cinta es protagonizada por Flora Sylvestre y cuenta con la actuación de Juvel Vielma, Pedro Durán y Maryelis Rivas.
Rodada en Chirimena, Curiepe y Curupao, estado Miranda, en Azú más de 300 personas hicieron el papel de esclavos y cimarrones cubiertos con unos harapos construidos con el esfuerzo de la vestuarista Catalina Prino Requena, quien lijó y decoloró las telas para envejecerlas.
«Hubo un trabajo previo muy importante que es lo que está en la película. No fue un gesto improvisado (…) Por Azú tengo un cariño muy especial. Siento que es una película que consigue del público un afecto y una mirada entrañable, como pocas veces es logrado en el cine», acotó Luis Alberto Lamata. Agencias

FOTO CINE VENEZOLANO
«La producción de Azú no fue algo improvisado, hubo un trabajo investigativo previo a la película», comentó Luis Alberto Lamata

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