Vecinos de El Paso azotados por la basura que dejan los usuarios del Mercal

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La maleza que abunda en los alrededores de las residencias es usada como baño público cuando se forman “las fiestas” en plena calle

Motorizados beben y forman escándalos en el estacionamiento

Justo en la entrada de los bloques uno, dos, tres, cuatro y cinco del sector El Paso se erige una montaña de desechos de todo tipo que ocasiona la reproducción cada vez más de moscas, ratas y ratones además de producir e impregnar el lugar de olores nauseabundos.

Desde impresoras hasta cajas de productos alimenticios y de higiene personal se han ido acumulando en una gran montaña en esta zona de la urbanización, donde diariamente transitan las personas y vecinos que allí habitan.

“Hace más de dos semanas que está ese basurero ahí, por lo que el camión del aseo no ha pasado recolectando los desperdicios de la zona desde hace como tres semanas aproximadamente”, informó una de las habitantes que vive en la zona.

Al caminar por las aceras es inevitable toparse con desperdicios muchos de ellos producidos por el Mercal que trabaja diariamente en el sector, según indican algunos habitantes de los primeros edificios.

“Las personas que compran todos los días en el Mercal echan los desperdicios en el piso y dejan las cajas en el basurero de los edificios. Muchos de los compradores no son de aquí, por eso no les importa dañar la urbanización”, indicó una vecina.

Fiestas públicas  

Los residentes de los primeros bloques de la urbanización Cecilio Acosta de El Paso informan que han denunciado varias veces “la tomadera” que se forma los fines de semana en las instalaciones del estacionamiento, afectando así a todos los vecinos que allí viven.

“Vienen motorizados de otras partes y se ponen a tomar aquí, colocan música y la bulla es tan alta que no dejan dormir. La policía sabe de esto porque ya hemos denunciado varias veces, pero simplemente se hacen de la vista gorda y no acuden a los llamados”, expresó otra de las vecinas.

Sumado a ello algunas personas aseveran que deben enfrentar también las peleas que se originan en la cola de el Mercal, donde se escuchan insultos y varias veces lanzan objetos contundentes, teniendo que intervenir la policía para evitar disturbios.

Los edificios uno, dos, tres, cuatro y cinco carecen de portón para poder acceder a ellos, ya que hace más de un año una gandola lo tumbo y nadie lo ha reparado hasta entonces. Por ende, los carros, motos y transeúntes pasan libremente hacia el área del estacionamiento que pertenece a los dueños de los apartamentos.

Estacionamiento de chatarras

En distintos puestos del lugar de aparcado que pertenece a los bloques se pueden observar varias chatarras que según algunos habitantes están allí desde hace más de un año.

“No solamente estorban, sino que enfean la urbanización, sin contar que muchas de ellas ya las han agarrado como contenedores de basura haciéndolas aún más desagradables”, dijo Carmen Pacheco.

Maleza por montón

Motorizados ebrios, música a todo volumen, carcazas de lo que alguna vez fueron carros y falta de portón no son los únicos problemas que enfrenta esta comunidad de la ciudad capital mirandina.

La maleza que abunda en los alrededores de los edificios son el lugar propicio para ser usados por “los borrachos” para hacer sus necesidades fisiológicas en ellas.

A pesar que una de las vecinas aseguró que el monte había sido podado “hace poco”, el gamelote se muestra alto y tupido sobretodo en el área del estacionamiento.

Reina la inseguridad

“Patrullaje policial no hay por aquí, uno no puede salir de noche porque ya han atracado a varias personas”, son algunas de las declaraciones de los habitantes de El Paso.

Las madres y padres se preocupan “de sobre manera” porque sus hijos universitarios no pueden transitar tan tarde por la zona, ya que han sido varios los atracos que han tenido que enfrentar los vecinos.

“Los estudiantes no pueden llegar tan tarde a casa, hace poco un motorizado iba a robar a una muchacha que vive por acá. En la noche esto es muy solitario y se ha puesto algo peligroso”, aseveró Alberto Palacio.

Muchos carros han sido abiertos para extraer los reproductores de música y otros tanto simplemente han sido rayados mientras los dueños se encuentra descansando en sus hogares.

Sin barras

Lo que hace algún tiempo era un área deportiva donde los jóvenes del sector acudían para hacer barras, hoy en día se encuentra consumido por la maleza y el olvido.

El espacio de las barras está ubicada justo al lado del Mercal y aunque siguen de pie se encuentran muy deterioradas para su uso, por lo que muchos prefieren no ejercitarse en ellas.

Ronald Gil – rgil@diariolaregion.net / @thedaniels21

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