Ataque de «Pirañas» en la Av. Bermúdez colapsa peluquerías

Piraña
Peluquerías tequeñas «hasta el tope» de féminas nerviosas por «las pirañas»

Las peluquerías de la ciudad capital mirandina han estado muy concurridas durante los últimos días según manifiestan algunos estilistas y peluqueras que laboran en ellas.

Numerosas féminas, tras haber escuchado de las famosas «pirañas» que andan robando cabello en Zulia y Carabobo, han decidido hacerse un cambio de look para evitar ser víctimas de esta nueva forma de robo, a pesar de que en Los Altos Mirandinos no existen casos denunciados por los momentos.

La nueva moda femenina tequeña es usar peinados con el pelo recogido, gorras y pañoletas que cubran el cabello y así evitar «atraer las miradas de las pirañas». «Yo me corté el cabello porque a la peluquería donde trabajo fue una cliente que aseguró haber sido atacada por dos mujeres y un hombre en el bulevar Bermúdez el pasado sábado, quienes trataron de quitarle un mechón de pelo. Me puse muy nerviosa al escuchar la historia y preferí cortármelo antes que pasar un susto», dijo una joven que labora en un estudio de belleza.

Son pocas las peluquerías en Los Teques que venden extensiones sintéticas para que las féminas se alarguen la cabellera, igualmente son muy escasas las que ofrecen mechones «de cabello humano» para este mismo proceso de embellecimiento.

«Para  usar cabello real en las pelucas, lo que es un proceso difícil y costoso, hay que someterlo a un tratamiento especial y tener las máquinas adecuadas, por lo que no todo el mundo lo hace. Es  mentira que te van a pagar por un mechón  20 mil bolívares porque el cabello cortado no vale nada. Cuando se corta  muere y al pesarlo no es más que unos cuantos gramos por los que quizá puedan ofrecer unos 2.000 a 3.000 bolívares», manifestó una estilista de la ciudad.

Muchas féminas aseveran que el miedo no es por el corte de cabello sino por el índice de inseguridad que ha aumentado en el país. «Yo digo que más que un comercio para vender el cabello robado es un grupo satánico que anda haciendo esto para sus ceremonias, porque es que sólo  alguien que haga brujería y trabaje con eso puede pagar 5.000 bolívares o más por algo así».

Algunas mujeres afirman que las peluquerías y estilistas están comprando cabello pero  piden una fotocopia de la cédula de la vendedora y una carta donde la cliente redacta los motivos y da fe de que está comercializando su cabellera por voluntad propia.

Las extensiones normales tienen un costo de 50 bolívares hasta 740 dependiendo la cantidad. Igualmente, los estilistas cobran unos 400 a 600 bolívares para colocarlas.

«Lo que hay es que hacer un campaña informando que el cabello cortado no vale nada porque así es; cuando alguien viene con un mechón para acá a vendérmelo yo les digo que lo guarden porque quizá en algún momento podrán necesitarlo», expresó Migdalia Marcano.gf

Ronald Gil – rgil@diariolaregion.net / @thedaniels21

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