NO MIRES EL DEDO

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La corrupción, como lo afirmara hace unos años Humberto Njaim en su libro “La corrupción un problema de estado”, es un asunto de estado social, cultural, ético. Por ello, no existe corrupción buena y mala, aceptable o inaceptable. Y muchos menos defendible o no. Yo recuerdo en mis clases de derecho administrativo en la escuela de estudios políticos y administrativos en la UCV, cuando un profesor puso un ejemplo: Un alcalde en medio de una torrencial lluvia, tomó la decisión de dirigir recursos para cancelar sueldos y salarios hacia la atención de los derrumbes que habían causado las lluvias. El pueblo reaccionó de forma muy positiva frente a la respuesta tan rápida por parte del Alcalde, el cual al cabo de unos meses fue sancionado con prisión. ¿Cual fue el motivo? No siguió los procedimientos administrativo pautados para un traspaso de partidas, y tomó recursos de una partida que no podía afectar como lo es la 4.01.

No recuerdo, y estoy casi seguro que no fue de así, que el profesor haya mencionado que los partidarios del alcalde lo hayan victimizado catalogándolos como víctimas de un régimen antidemocrático, o algo similar. Algo así ocurrió con Leopoldo López, el cual inmediatamente de ser señalado y juzgado por un hecho similar, se auto catalogó como “perseguido político”. Meses antes había sido sancionada Maripili Hernández por un caso similar, y seguro que muchos de los que leen esta columna no lo sabían, pues en ningún momento se victimizó, sino que asumió su sanción de forma estoica.

Pero lo más significativo de esto, es que el propio ex alcalde de Chacao lo aceptó, diciendo que los recursos habían sido tomados para pagar deudas laborales, y que de volverlo a hacer lo haría. Los medios opositores inmediatamente dirigieron todas sus baterías al hecho que López era un perseguido político y invisibilizaron el hecho que había causado el procedimiento en su contra.

Hay un viejo refrán que le escuché recientemente al futuro Alcalde Metropolitano Ernesto Villegas, “sólo los tontos observan el dedo cuando el sabio señala la luna”. Y es que justamente la estrategia opositora frente a los escándalos de corrupción han pretendido que la opinión pública se quede viendo el dedo y no mire la luna. Ahora resulta que el caso de corrupción que involucra a Oscar López para los medios no es lo relevante, sino la homofobia de los chavistas. Igual forma trataron el tema de María Corina Machado, cuando fue develada sus nexos y los de Ramón Guillermo Aveledo con planes golpistas, lo cual lo relevante fue la violación a la privacidad y no el contenido de la conversación, a diferencia que el caso que involucraba a Mario Silva, del cual lo relevante fue el contenido y no la forma como se hizo público.

Y lo peor de todo, es que los nuestros facilitan el asunto mordiendo el anzuelo. No, el caso no es la homofobia, sino las acusaciones de corrupción contra el Director del Despacho del gobierno de Miranda. No, no es el caso de la violación de la privacidad lo importante, sino las pruebas que demuestran el aun coqueteo con acciones antidemocrática ante el gobierno de Nicolás Maduro. No, el caso no es si Mardo recibe financiamiento ilícito para dárselo a los “pobres” en una versión de Robín Hood de descontextualizado. No, el caso no es la supuesta persecución a julio Montoya, sino que la esposa se robó unos dineros de una obra.

Está de más mencionar que ni el sol ni la luna pueden ser tapados con un dedo. Y debemos encargarnos que no sea así. Quien roba de los dineros públicos debe ser sancionado con todo el peso de la Ley. Así que una recomendación, no se queden mirando el dedo.
EN RÁFAGA

CUÁNTO VALE UN CANDIDATO

Hace unos años, William Ojeda se dio a conocer a nivel nacional por haber escrito un libro que tituló “Cuánto vale un juez”. En el develaba las dinámicas de las tribus de jueces, lo que le valió a parte de la fama, 6 meses de prisión. Espero no correr la misma suerte de William, pues ahora yo me pregunto ¿Cuánto vale un candidato?

Nicolás Maquiavelo, autor de la obra “El Príncipe”, escribió la lapidaria frase de “divide y reinarás”, proveniente según la historia de Filipo de Macedonia a quien se le atribuye, la cual se tradujo luego en “divide y vencerás”. Muchos han sido los ejemplos que la historia nos ha dado para comprender tan locuaz frase en el marco de estudio de las estrategias de ofensa y defensa en diversos campos de la vida humana.

En un escenario político tan polarizado en Venezuela, a nivel local cobra un sentido vital para adelantar estrategias de confrontación en el plano electoral. En medio de la precampaña de cara a las elecciones de 2013, parece estar surtiendo efecto en los dos grandes polos políticos confrontados. Pero, ¿A quién favorece estas estrategias? Obviamente a quien se  beneficia de una división dentro de una de las fuerzas políticas en conflicto. Y los mirandinos no escapamos de esta realidad.

En Guaicaipuro y Carrizal fundamentalmente, es sabido que los resultados son estrechos y que cada voto cuenta. En las filas de los partidos de izquierda agrupados en torno al Gran Polo Patriótico, se han dado fenómenos interesantes que hace sospechar -sobre todo luego de la verificación de fuertes indicios- que algunos les han puesto precio a su determinación de presentar su candidatura a alcalde y/o concejales. Recuerdo mucho al ver estas situaciones a Luis Miquilena, los militares sublevados en la plaza Altamira, a Andrés Velázquez en 1993 y las sospechas que se levantaron en contra de su ética, entre otras. Y es que incluso en el plano militar son miles de ejemplos sobre estos casos.

Es bochornoso pensar que hay quienes les han puesto precio a la candidatura, y la han aceptado. Es una actitud ruin y miserable que demuestra el talante antiético de quienes venden sus principios, poniéndole un precio a su lealtad, a su apego moral. La gran pregunta que me surge al respecto es: ¿Quiénes compran una candidatura? Obviamente aquellos que saben que dividiendo a los chavistas, allanan el camino hacia un virtual triunfo electoral el 08 de diciembre. Pero la base de los partidos y sus dirigentes a veces tiene agendas distintas, y no necesariamente los pactos de élite van a obligar una situación de solidaridad automática. Por el contrario, generar estupor y rechazo.

Por otro lado, hay otros que se inscriben y pretenden dividir para forzar una negociación de algún cargo o candidatura, y hasta montos de dinero para “desistir”, convirtiendo la contienda en un gran mercado de prevendas. A quienes estamos en situaciones similares recuerden que una cosa es ver al Orinoco desde la superficie, y otras las fuertes corriente interna debajo así como los caribes que acechan al menor movimiento.

Finalmente, para quienes invocan a Chávez para adoptar posturas de indisciplinados,  insubordinados y rebeldes frente a las decisiones de las candidaturas, recuerden lo que expresó el comandante Chávez el 08 de diciembre de 2012: “Unidad, Unidad, Unidad de los patriotas, no faltarán quienes traten de aprovechar coyunturas difíciles para mantener ese empeño de la restauración del capitalismo, del neoliberalismo para acabar con la patria. No, no podrán. Ante estas circunstancias de nuevas dificultades del tamaño que fuere la respuesta de todas y de todos los patriotas, los revolucionarios, los que sentimos a la patria hasta en las viseras como diría Augusto Mijares, es Unidad, Lucha, Batalla y Victoria”.

POR LA CALLE DEL MEDIO
Farith Fraija

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