¿Y mis vacaciones dónde están?

¿Qué pasa en realidad? Que todo lo que pasa por la taquilla familiar es utilizado para obtener la canasta alimentaria y una parte de la canasta básica de bienes y servicios, de esta manera las vacaciones, las utilidades, y todo dinerillo extra al final de todo ya ésta comprometido en la esencia de la vida misma

 Transcurre el mes de agosto, época que significa descanso escolar y familiar, al mismo tiempo posibilidad de viajar con la familia a conocer la geografía venezolana o allende los mares. En los tiempos que vivimos, ¿es posible realizar ese sueño dorado?, en pocas palabras cuanto hay pa’ eso en momentos donde no hay poder adquisitivo para la subsistencia.

En las décadas de los sesenta y setenta un padre de familia ganaba un salario entre 800 y 1500 bs de los viejos, no de los fuertes de ahora. Con este ingreso poseía un vehículo en buen estado, sino último modelo, había quienes lo cambiaban cada dos años, igualmente casa propia y en muchos casos se daba el lujo hasta de tener su casita en la playa o en los andes. ¿Cuál es la diferencia con la actualidad?, nada menos que 2% anual de inflación y como consecuencia un poder adquisitivo que permitía eso disfrutar verdaderamente unas  vacaciones placenteras.

Pero bueno esos recuerdos de nuestra infancia no son precisamente los de la actualidad. Las vacaciones presentes en nuestra actual legislación laboral y en los contratos colectivos, son precisamente un período para reponer las ideas perdidas del trajín y del quehacer diario que desgasta nuestras energías. En otros países goza de toda una infraestructura que permite al obrero, al empleado del menor nivel de ingresos trasladarse hasta otras fronteras si es posible, para así regresar con mayor disposición al trabajo.

Nuestra cruda realidad nos indica que más de la mitad de la población formal devenga salarios cercanos al mínimo de 2400 bs. En agosto y de 2700 en septiembre. Ello significa que necesitaría ahorrar de ese ingreso para disfrutar del tan ansiado asueto anual, por lo menos de 8.000 a 10.000 bs en el bolsillo para trasladarse a un destino nacional cercano a su domicilio, eso si contando que arribará a casa de un familiar que lo albergue. De lo contrario sólo le quedará disfrutar de “punto fijo y playa seca” que es el cruel destino que le toca a vivir a la mayoría de la familia venezolana anualmente.

Es cierto millones viajan pero en condiciones de precariedad y no en el concepto verdadero que hablamos de este derecho laboral que es las vacaciones denominado recreación. Aún cuando la propaganda oficial nos inunda el rostro anunciando que los aeropuertos revientan de viajeros, éstos son una élite ante una población ávida de conocer su propio país y no tener poder adquisitivo para lograrlo.

¿Qué pasa en realidad? Que todo lo que pasa por la taquilla familiar es utilizado para obtener la canasta alimentaria y una parte de la canasta básica de bienes y servicios, de esta manera las vacaciones, las utilidades, y todo dinerillo extra al final de todo ya ésta comprometido en la esencia de la vida misma. Quedando el turismo relegado para otra época y otra circunstancia del azar del destino, más aun en un país que desde 1983 es decir durante30 años viene en caída libre el poder adquisitivo de la familia venezolana.

Movimiento Laborista 

Froilán Barrios Nieves

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