La ruta del “love”

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La #PNM ha sido escenario de diversos capítulos de amor de quienes se niegan a pagar por una habitación de hotel

Cuando la llamita de la pasión se enciende cualquier escenario es apto para darle rienda suelta a los bajos instintos. El arrebato puede ser en la cocina de la casa de tu mamá, la sala de tu amigo o el baño del local nocturno.

Sin embargo, uno de los lugares más recurrentes para darse cariño es el interior de los vehículos, los cuales se ven orillados en parajes solitarios de la carretera Panamericana, que paradójicamente es conocida por la significativa cantidad de hoteles invitando a ser visitados.

Aunque quienes protagonizan las candentes sesiones se olvidan de los peligros que acechan, el comisario general Elisio Guzmán, director de la policía del estado Miranda, se preocupa más que por el acto de inmoralidad que implica, por la amenaza que corren los se sumergen en el amor, quienes en el momento menos deseado pueden convertirse en víctimas de algún crimen.

Y es que en su larga trayectoria en diversos cuerpos de seguridad, Guzmán ha conocido de casos de tortolitos que en medio del idilio dentro del automotor han sido atracados, pasando un mal rato por negarse a pagar por una habitación de hotel.

“El tema es que se trata de jovencitos que muchas veces no cuentan con los recursos para cancelar por una suite, por lo que les parece buena idea aparcarse en plena carretera sin pensar que en el mejor de los casos puede llegar la policía para recordarles que eso atenta contra las buenas costumbres tal y como lo establecen las ordenanzas y deben pagar unas unidades tributarias correspondientes a la multa”.

Aunque suena jocoso, quienes han sido “pillados” en acción no quieren más que ser tragados por la tierra cuando ven asomarse a algún uniformado que desde afuera anuncia que la acción se acabó.

Relato ardiente

Cuando de cuentos de carretera se habla, el entrevistado rememora varios, pero uno de los más significativos tuvo lugar frente al conocido Hotel Las Vegas.

“Corría la década del 70, entonces yo era jefe de investigaciones de la extinta Policía Técnica Judicial (PTJ)  y nos llegó un caso de extorsión bastante particular”.

Se trataba de un grupo de mala conductas que se apostaban justo en frente de Las Vegas y armados con cámaras de rollos se disponían a tomar fotos de las personas que allí salían, así como sus vehículos. Luego localizaban a los retratados y pedían altas sumas de dinero a propósito de no revelar el escandaloso material que ponía en evidencia las “indiscreciones” de más de uno.

“Todos cedían, pero un buen día un hombre no sólo no cayó en el juego, sino que denunció formalmente, lo que permitió que diéramos captura a estos ociosos de carretera e incautáramos una cantidad significativa de fotos que ponían en entredicho la reputación de políticos, artistas y empresarios, que por confidencialidad, no podemos revelar” pese a los años que han pasado desde aquel “picante” episodio que sonrojó a más de una víctima.

Rommel Flores – rflores@gmail.com/r_floresp

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