CARACAS, (Especial). 50 por ciento del material, debe ser entregado a precio preferencial, lo que se traduce en un descuento de 570 dólares por tonelada, cuando el precio promedio actual del aluminio ronda los 1,800 dólares la tonelada”, denunció.
Aseguró que de acuerdo a la información que posee, la empresa Glencore puso como condición que el material de aluminio que se le entregue sea de la mejor calidad posible. “El aluminio que tiene que entregar Venalum por exigencia de Glencore es el clasificado como P1020, es el de máxima calidad y menos contaminación y por lo tanto se le considera el lomito, mientras tanto, a los transformadores en el mercado nacional le dejan el pellejo o la carne con hueso”.
“¿Con todos los descuentos con los que se entrega ese aluminio, a cuánto nos estará saliendo el coque, la materia prima que adquiere Venalum?”, se preguntó.
El parlamentario definió esta situación como una especie de “Bandes del aluminio. Es como si vendiéramos el barril de petróleo a 60 dólares a un traiding internacional y éste lo revenda luego por fuera a 100 dólares el barril. Las ganancias que quedan por la venta, son repartidas en comisiones dentro de la empresa Venalum”.
Velásquez basó su afirmación en varios documentos que presentó y que muestran presuntas comunicaciones entre la empresa Glencore y Bauxilum, donde el primero pone sus condiciones sobre la venta del aluminio y otra donde el segundo acepta sin objetar nada. “Bauxilum acepta sin chistar, sin vaselina y sin regatear una mejor condición para la empresa Venalum y la nación. Esta es una radiografía de una negociación que perjudica a las empresas básicas de Guayana, al país y los trabajadores”.
“¿Desde cuándo se vienen haciendo en estas empresas este tipo de negociación? ¿Desde cuándo existen estos trueques? ¿Desde cuándo la CVG viene haciendo este tipo de comercialización de su producto?”.
Destacó, “Después de haber oído a Maduro y al propio Merentes, reunido con los empresarios, decir que de Venezuela no van a salir más esos metales sin transformarse y que no seguir existiendo la política de no desarrollar aguas abajo, esta negociación los deja como unos verdaderos estúpidos frente a la gerencia de Venalum”.
Vía Lapatilla
