Carretera carece de asfaltado
Más de 150 familias que habitan la comunidad Santa Eduvigis de la ciudad capital mirandina claman porque las autoridades competentes les brinden ayuda colaborando al menos con los servicios básicos necesarios para que puedan vivir en condiciones aceptables.
“No hemos recibido ayuda de ningún ente, todo lo que tenemos en la comunidad hasta ahora es porque nosotros mismos lo construimos. La mayoría están construyendo sus casas por sus propios medios, por lo que muchos aún viven en ranchos de lata”, manifestó uno de los habitantes.
La zona carece de canalización de aguas servidas, por eso varias de las casas que ya se encuentran en pie poseen pozo séptico, adonde van a parar las aguas negras. Tampoco tienen tuberías de aguas blancas, por lo que deben abastecerse mediante cisternas.
“Le rogamos a la alcaldía que por lo menos nos canalice las aguas negras porque eso trae muchas enfermedades y aquí hay niños pequeños que son los más afectados por la situación”, expresaron algunos vecinos.
Para comprar las bombonas de gas las amas de casa deben “cazar” los camiones que se dirigen hacia los sectores cercanos, ya que el servicio no es prestado en esta comunidad directamente.
Sin postes
Otro de los servicios ausentes en Santa Eduvigis es el alumbrado público. Ni un solo poste se observa a lo largo de la carretera principal de dicha comunidad, por lo que los mismos vecinos han tenido que realizar los trabajos eléctricos e improvisar un escaso alumbrado en la calle para solventar un poco la oscuridad en horas de la noche.
“Aquí no hay postes, los mismos habitantes tuvimos que comprar los cables, los bombillos y los sócates para alumbrar las calles porque pese a los llamados que hemos realizado a las autoridades hasta el sol de hoy no nos han puesto atención”, aseveró una vecina.
“Medio hemos alumbrado la calle pero necesitamos postes de luz para no robarnos el servicio”.
Montañas de basura
Al igual que en todos los sectores del municipio Guaicaipuro, los residentes se quejan por la acumulación de desperdicios debido a la falta de recolección por parte del aseo urbano, lo que hace que los malos olores y las moscas impregnen el ambiente de la comunidad.
“El camión pasó ayer pero ese basurero que tenemos que colocar en la entrada es horrible. Las moscas se apoderan de las casas que están más cercanas al botadero y el olor desagradable ni hablar. A veces tardan más de una semana sin recoger la basura, por eso se forman aquellas montañas que ponen en riesgo la salud no sólo de los que vivimos aquí sino de las personas que caminan a diario por el lugar”, indicó otra de las vecinas.
Según informan lugareños el servicio de aseo urbano “falla mucho”, lo que hace que varios vecinos quemen las bolsas con los desechos ocasionando enfermedades respiratorias a los niños que habitan en el sitio.
Caminos de tierra
El asfalto “brilla por su ausencia” en las calles de la comunidad que son totalmente de tierra desde la entrada hasta los recodos del sector, lo que se vuelve “un pantanero” durante los días lluviosos haciendo totalmente intransitable la vialidad.
Caminerías, callejones y escaleras por donde caminan los moradores carecen de asfalto y cemento ya que ellos mismos las han construido y no tienen los recursos ni materiales necesarios para arreglarlas adecuadamente.
“No sólo la vía aquí es de tierra sino también la carretera principal que lleva hasta El Trigo está llena de huecos que con las lluvias se han abierto más. Por aquí no asfaltan desde hace años y todos los vecinos se quejan sin tener respuestas”, dijo otro habitante.
Sin consejo
Residentes aseguran que carecen de consejo comunal ya que los habitantes de los alrededores les informaron que debían construir casas de bloques para formar un comunidad y así conformar el comité, de lo contrario no podían ser censados.
“Los consejos comunales de El Trigo, La Llovizna y 23 de Enero no nos quieren, además ellos se roban el dinero porque no han hecho mejoras en la vialidad que nos comunica a todos. No recibimos ayuda de parte de ellos”, exclamaron los habitantes de Santa Eduvigis.
La comunidad colocó un portón en la entrada para hacer la vecindad “más privada” y evitar que personas ajenas a ella entren a la zona. Por otra parte, carecen también de canchas y lugares de recreación donde los niños y jóvenes puedan desenvolverse durante los ratos libres.
“Aquí hacemos celebraciones para el Día del Niño y de la madre. Cerramos el portón y sólo acuden los que vivimos en la comunidad”.gf
Ambulatorio cero
El sector carece de ambulatorio, por eso los moradores de Santa Eduvigis deben acudir al nosocomio local cuando se les presenta cualquier dolencia o emergencia.
“Aquí no hay ni un módulo de Barrio Adentro, cuando alguien se enferma debemos llevarlo al hospital Victorino Santaella para que reciba asistencia”, declaró uno de los vecinos.
Ronald Gil – rgil@diariolaregion.net / @thedaniels21