Tras años de esfuerzo, constancia y dedicación para dejar en alto el nombre de Miranda en el ámbito deportivo, los grandes atletas de la entidad reciben una ayuda económica inferior al salario mínimo de cualquier venezolano, 600 bolívares quincenales.
Esta asignación de 1.200 bolívares al mes tiene como fin ayudar a los deportistas a sobrevivir una vez pasado su período de gloria, pero para los familiares esta ayuda “es una limosna, nadie vive con eso en este país».
Uno de los familiares de una de estas “Glorias deportivas» que prefirió no identificarse por temor a represalias en contra del atleta, aseguró que quienes trajeron brillo y honor a la entidad hoy son tratados como unos pedigüeños que reciben un mísero pago por sus logros.
Merecen más
“Después de haberlo dado todo por el deporte no obtienen nada, esto lo que hace es detener a muchos jóvenes que quieren ser atletas y ven que eso no tiene futuro en este país», aseguró.
Son muchos los deportistas que se retiraron por lesiones físicas o psicológicas, o simplemente porque su momento de oro llegó a su final y ahora deben hacer malabares para sobrevivir.
Trabajar como entrenadores de la disciplina que practicaban, taxistas o hasta buhoneros es el destino que viven quienes en algún momento fueron portada de todos los diarios deportivos.
Familiares hacen un llamado a que esta situación cambie y no solo se otorguen más beneficios sino que se incremente la ayuda al menos al monto del salario mínimo para cubrir la cesta básica que supera en más de tres veces la cantidad que reciben.
Todos sufren
Esta situación es vivida por muchos de quienes tuvieron gloria en años anteriores no solo en el ámbito deportivo sino en otros campos, por ejemplo los artistas.
Meses atrás Nancy González, quien fuera una estrella de la televisión venezolana, encabezó los titulares de la prensa por la noticia de que se encontraba en situación de calle y gracias al renombre que tuvo este hecho recibió un apoyo por parte del fallecido presidente Hugo Chávez.
Como ella, cientos de personas que perdieron sus trabajos por el cierre de canales, “pasar de moda» y cualquier otro motivo, viven sin que nadie les eche una mano, pues instituciones como la Casa del Artista no cuentan con los recursos suficientes.gf
Carlos Peña – cpena@diariolaregion.net/ @Litozz