«Me gusta ser discreto con los premios que gano»

El actor asegura que la vida le ha dado "muchas más bendiciones de las que hubiera podido imaginar"
El actor asegura que la vida le ha dado «muchas más bendiciones de las que hubiera podido imaginar»

 Hugh Jackman habla acerca de su carrera en el mundo del espectáculo

El actor australiano Hugh Jackman, Premio Donostia de la 61 edición del Festival de San Sebastián, se ríe cuando se le pregunta por ese Óscar que no llega después de 25 largometrajes y asegura, en una entrevista, que la vida le ha dado «muchas más bendiciones de las que hubiera podido imaginar».

«En los últimos quince o veinte años, ha habido muchas sorpresas para mí, pero mi familia es lo más importante», ha dicho.

«Ocupan mi atención, mis emociones, mis preocupaciones; si pido algo a la vida, tiene que ver con ellos. Si recibiera esta noche el Premio Donosti y me dijeran que ahí se acaba mi carrera
estaría muy triste, pero diría, ‘Me han dado más de lo que me merecía'», sostiene.

Y esa sensación de humildad que comunica con sus palabras las acompaña de francas miradas y sonrisas abiertas que transmiten sinceridad.

Esta mañana, el actor, que llegó al aeropuerto de Bilbao pasadas las once de la noche y arribó al hotel María Cristina de San Sebastián, donde se aloja, pasadas las doce de la noche, ha pedido una bicicleta y se ha dado una vuelta por el barrio antiguo.

«Conozco muy bien este festival y este premio, conozco a quienes lo ganaron anteriormente y es asombroso que yo esté entre ellos. Mi esposa (Debora-Lee Fuerness) ganó la Concha de Plata en los años 90. Por lo tanto, es un festival que conozco desde hace muchos años y tiene un lugar muy especial en mi corazón».

Y el premio, dice, no lo dejará en una estantería, sino que lo pondrá, como suele hacer, en un sitio donde pueda verlo. Y vivirlo.

Me gusta ser discreto con los premios que gano; por ejemplo -dice-, lo pongo en la cama, por la noche, para que mi mujer se acuerde, y por la mañana, cuando desayuno con los niños, se lo pongo delante y, cuando voy a ver jugar al fútbol a mi hijo, me lo llevo en la mano para que todo el mundo lo vea»

Y se ríe: «En realidad, es una estrategia para que vean que soy alguien más que el que les pega la bronca para que hagan sus deberes».

Agencias

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