La harina de maíz sigue causando “grandes dolores de cabeza” a la población de los Altos Mirandinos en general ya que sigue ausentándose “por largos períodos de tiempo” de los comercios expendedores de alimentos, entre los que se encuentran mercados, supermercados y abastos.
La falta de este producto básico en la dieta de los venezolanos no sólo afecta las millones de mesas hogareñas diariamente, sino a los comerciantes que se dedican a vender comida en las calles y comercios. Es cuestión de suerte encontrar en los locales empanadas, arepas, bollitos, bollos navideños y hallacas.
“Para comprar unos pocos kilogramos de harina de maíz las colas que hay que hacer son inhumanas. Más de dos horas tarda uno en un mercado para pagar sólo cuatro y a veces hasta dos kilos únicamente del artículo que es lo que permiten llevar por persona”, dijo Yolanda Marcano.
El tiempo que tardan las personas en las colas de las cajas afecta igualmente sus horas laborales, ya que muchos aprovechan las horas del almuerzo para “aventurarse” por la ciudad en busca de los productos de la cesta básica.
“Yo trabajo vendiendo arepas y realmente se me ha hecho cuesta arriba seguir con el negocio porque gasto más tiempo buscando la harina que haciendo la comida. La producción obviamente ha bajado, al igual que las ventas. Antes hacía unas 80 arepas diariamente, ahora me alcanza sólo para 40 o menos”, aseveró Marisol Pérez.
Algunos comerciantes informales ofrecen el producto a 10 bolívares por kilogramo, lo que viene a representar más del doble de lo que verdaderamente cuesta.
“Uno de los problemas es que para esta fecha debería haber producción de maíz y lamentablemente no se ve nada de eso”, manifestó José Echeverría, coordinador del mercado de la avenida Francisco de Miranda en la ciudad capital mirandina.gf
Ronald Gil – rgil@diariolaregion.net / @thedaniels21