Madres, hermanos e hijos apostados en las afueras de las morgues del territorio criollo hablan de la creciente cifra de homicidios en un país donde los fines de semana se convirtieron en días de guerra.
Diariamente son más las personas que dejan de ser testigos para convertirse en protagonistas de escalofriantes historias de secuestros, drogas y prostitución, problema que no puede ser ignorado y que dio pie a una encuesta nacional.
El estudio, titulado El Delito Organizado en Venezuela, presentado el 26 de septiembre por el sociólogo Roberto Briceño-León, director del Laboratorio de Ciencias Sociales (LABSO) y el Observatorio Venezolano de Violencia (OVV), pone de manifiesto la cercanía del ciudadano común a situaciones de inseguridad que van desde el arrebato del celular en la calle que luego es vendido en una esquina, hasta el comercio de municiones en alguna casa de un populoso sector.
Cifras que hablan
El documento refleja que la tendencia creciente en la tasa de homicidios entre 1998 y el 2013 es percibida por los entrevistados, quienes siguen viendo en la inseguridad – pese a los problemas de escasez, desabastecimiento, control cambiario y deficiencias en servicios básicos como agua, luz y recolección de basura- el principal dolor de cabeza actual; incluso, mientras un 8 % considera que ha disminuido en lo que va de año, 70 % cree que la inseguridad ha aumentado, mientras que 21 % siente que permanece igual y un uno por ciento alega no saber.
Cada vez más cercano
Igualmente se desprende de la investigación que la presencia del delito organizado es cada vez más tangible en los alrededores de las viviendas de los entrevistados; siendo las situaciones más recurrentes el consumo de alcohol y drogas en la calle, robos y asaltos, venta de productos regulados a sobreprecio, actividad de bandas, disparos frecuentes y homicidios.
Sin embargo, un dato curioso que surgió en medio del trabajo de campo es que un porcentaje significativo de informantes señaló “no saber” si en los alrededores de su unidad habitacional ocurren este tipo de situaciones, lo que hace suponer la presencia del miedo o temor a declarar sobre ciertos delitos.
Mercados ilegales
Otra información que saltó a la vista fue la presencia de mercados ilegales en las comunidades -evidenciado en venta de productos falsificados y robados- lo que según los autores de la encuesta revela la precaria acción del Estado, que redunda en la aparición de la corrupción, último hecho al cual es vinculado hasta un 60 % de los funcionarios públicos.
Igualmente destacan que la competencia por el control de esos mercados y sus actividades podría conllevar a ciertos tipos de delitos violentos. “Todo parece indicar que es fácil para el delito organizado actuar en la comunidad”.
Tipo de estudio
La encuesta consistió en un muestreo de hogares con entrevistas cara a cara a personas mayores de 17 años de edad. La cobertura geográfica incluyó localidades urbanas grandes y pequeñas de todo el territorio nacional.
El marco muestral se basó en la información cartográfica y demográfica generada por el Instituto Nacional de Estadística de Venezuela (INE) a partir del último Censo de Población y Vivienda.
El período de recolección de datos en los 600 hogares visitados -con un margen de error del 5 % y un nivel de confianza del 95 % – fue entre junio y julio del 2013.
El cuestionario y los procedimientos de medición fueron diseñados en función a los objetivos y de acuerdo a las características del proceso de recolección de datos. El cuestionario consta de 12 secciones más las preguntas
socioeconómicas.
Los tópicos investigados en la encuesta fueron: delito, cumplimiento de la ley, victimización, cercanía al delito y acceso a drogas y armas, inseguridad en el país, policía, medidas contra la inseguridad, protección a las personas, causas de la inseguridad, corrupción, evaluación de la gestión gubernamental en seguridad y violencia, así como acciones violentas para combatir la violencia y la inseguridad.
Johana Rodríguez – jrodriguez@diariolaregion.net/@michellejrl