Milicias en los supermercados

Ahora se impulsa la política de colocar las milicias en los cajeros de los supermercados públicos o privados, a sabiendas que es un personal sobreexplotado sin reconocimiento de la LOTTT

 Froilán Barrios Nieves

Desde el año 2008 se ha acelerado un proceso permanente de militarización de las relaciones de trabajo en Venezuela, a partir del discurso presidencial de preparación para enfrentar una guerra asimétrica, que por cierto nunca apareció por ningún lado, se promovió la creación de milicias obreras para derrotar la invasión del imperio con el anuncio del extinto presidente Chávez, de que cada obrero debía tener un fusil en su puesto de trabajo.

La directriz determinó imponer el trabajo voluntario semanal e instrucción militar a  trabajadores de Empresas del Estado, Institutos Autónomos, de alcaldías y gobernaciones, incluso a personas de la tercera de edad se  incorporó a tan curioso cuerpo militar inexistente en las FABN y en la CRBV. Según informaciones de conspicuos  sindicalistas oficialistas la tropa miliciana alcanza una cifra cercana a los 250.000 efectivos.

Aún cuando han pasado formar parte de la liturgia del régimen al incorporarlo a los desfiles patrios junto a las FABN, sea como milicias, reservas, patrullas o destacamentos obreros, su conformación contiene un profundo contenido reaccionario y antisindical, de control y disciplina  militar de las relaciones de trabajo.

Esta militarización de las relaciones laborales es producto por una parte de la irritación gubernamental ante la alta conflictividad laboral registrada desde 2008 con un promedio de 2.000 conflictos anuales,  representando un 45% de la protesta social por vivienda, educación, transporte, seguridad ciudadana,  las cárceles y por otra la intención aviesa de abaratar la ya expoliada mano de obra.

La incapacidad del régimen para contener la protesta laboral le ha conllevado a organizar mano de obra esquirol ante todo conflicto de los trabajadores, sobre todo en las empresas básicas de Guayana, petróleo, electricidad. La realidad le ha demostrado a la gerencia del Estado que igual los trabajadores han desarrollado sus paros, como el reciente de SIDOR donde fuera derrotada  la arrogancia militarista del General Osorio, presidente de la CVG.

Ahora se impulsa la política de colocar las milicias en los cajeros de los supermercados públicos o privados, a sabiendas que es un personal sobreexplotado sin reconocimiento de la LOTTT, sin sindicatos ni contrato colectivo. En resumen la ganga del peor neoliberalismo salvaje aplicado en China o Cuba con la mano de obra escala característica de estos regímenes.

Por cierto contradiciendo los cambios en la disminución de la jornada de trabajo de la L0TTT surgidos para crear fuentes de empleo, de empleo decente protegidos por los beneficios de la nueva normativa; hoy son ocupados por personal de las milicias quienes solo deben incondicionalidad y obediencia a sus superiores como el personal de tropa, manipulados por sus superiores en funciones totalmente ajenas a las competencias militares señaladas en la CRBV. Finalmente produciendo un impacto negativo al generar más desempleo y precarización laboral ante un país donde la mitad de la población activa es informal y un 12% es desempleada. Movimiento Laborista

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