Tuerquin

Mucha gente usa las redes sociales para mentir, descalificar o montar ollas, comenzando por el Gobierno que venden de todo para el hogar, una señora se me acercó y me preguntó: «has escuchado a Chávez, parece que no murió». Le respondí que no había escuchado nada y que eso no era cierto. Ante mi incredulidad -igual la cajera que me atendía- la señora apeló a su teléfono y nos puso un sonido de alguien imitando al expresidente a todo el volumen que daba su dispositivo.

Su contenido me pareció de mal gusto no porque lo imitaran (todos los presidentes han sido imitados en cualquier sociedad democrática, algunos los toleran con mejor sentido del humor que otros), sino porque hablaba como si su fallecimiento hubiese sido una farsa, lo que es de un humor muy negro.

Al terminar el corto audio le dije: «señora, ¿usted de verdad cree que si Chávez estuviera vivo le hubiera dejado la Presidencia a Maduro?». Ella aún sin compartir mi razonamiento me contestó: «será». La cajera, otros clientes y algunos empleados que estaban allí se sonrieron y asintieron; me despedí de la señora y la cajera, y me retiré pensando que hay mucha gente que da por cierto, sin pensarlo mucho, todo lo que escucha o ve por los medios o las redes sociales.

No le di ninguna importancia hasta que tres días después el propio gobierno, comenzando por Maduro, desató una feroz campaña en contra de dos reconocidos humoristas acusándolos, sin prueba alguna, de ser autores del audio. Ellos lo desmintieron; nadie se ha disculpado por haberlos sometido al escarnio público con tan falsa acusación.

Hace semanas apareció en las redes un video de una muchacha haciendo lo que en español creo llaman tuerquin (twerking). Con música de fondo bailaba en una habitación hasta que se paró de manos apoyando sus pies contra una puerta. Alguien en ese momento la abre, ella cae sobre una mesa de vidrio, la rompe y una vela encendida le incendia su pantalón mientras grita horrorizada. El video se corta justo en ese instante.

A los pocos días el video había sido visitado y comentado por millones de personas en el mundo. Hablaban de lo peligroso de ese baile, se preguntaban qué habría pasado con la muchacha, si se habría partido un hueso o cuánto se habría quemado. Los programas más vistos de las principales cadenas de televisión gringas se hicieron eco del corto, lo transmitieron, lo analizaron; lo hicieron todavía más popular y curioso y se multiplicaron aún más las visitas en las redes.

Cuando estaba en el tope de las vistas, el presentador Jimmy Kimmel, en su show televisivo mostró el video. Para sorpresa de su audiencia, no terminó con la muchacha gritando, como en la versión inicial. Justo en ese momento entró el mismo presentador con un extintor y le apagó el pantalón. Desveló que la muchacha era una experta en acrobacias, que aquella habitación era un estudio y que todo había sido una broma colocada en las redes. Supe todos estos detalles pues se los escuché a Erika de la Vega y a Ana María Simons en su excelente programa radial. Si eso hubiera ocurrido en nuestra patria, Conatel -sin duda- hubiera cerrado ese programa y multado al canal que lo transmite, por ser privados.

En la red pública venezolana que maneja el Gobierno, se transmiten a diario videos montados con toda mala intención de desprestigiar a cualquier adversario político, acusándolo de conspirador, saboteador o cualquier otra cosa. Colocan su imagen y frases escritas para desprestigiarlo, en una burda manipulación, sin que genere para sus autores ninguna consecuencia.

Esta misma semana tres diplomáticos gringos fueron expulsados, acusados de conspirar para sabotear el sistema eléctrico del país. Como prueba, nos mostraron -en cadena nacional- un video mudo con reseñas de prensa donde aparecen reunidos con un alcalde, con representantes de una ONG y en un aeropuerto tomando un vuelo comercial. Que un representante diplomático se reúna con alguien distinto al Gobierno, ¿constituye un acto de conspiración? Entonces expulsen del país al embajador de Rusia o a diplomáticos de China o Francia, por sólo nombrar algunos de los que se han reunido conmigo simplemente porque sus sedes o residencias están ubicadas en Baruta.

Habrá quienes, como con el falso audio de Chávez o el falso video del tuerquin, hayan creído en el video con fotos de los gringos dizque conspirando. Usted, mi inteligente lector, no crea en todo lo que vea o escuche en medios o redes. Mucha gente, demasiada diría yo, las usa para mentir, descalificar o montar ollas, comenzando por el propio Gobierno Nacional.

Gerardo Blyde

Salir de la versión móvil