Buenos Aires siempre tendrá una connotación especial para mí, después de todo en un viaje a la capital Argentina fue que se me encendió la pasión por viajar sin cesar, y en esa travesía a la nación sureña experimenté por vez primera lo que era ser un mochilero.
PRIMEROS PASOS CON LA MOCHILA AL HOMBRO
Para aquella época ya yo había hecho algunos viajes, pero quería ya agarrar un avión al exterior – Costeado por mis propios medios y sin que fuese un viaje laboral – Mis amigos estaban emocionados con sumarse en este recorrido, pero luego fueron desertando uno a uno, aludiendo falta de tiempo o no tener el dinero. Aunque al principio me llené de pesimismo y pensé que no viajaría, luego de una larga reflexión, decidí que si yo quería conocer el mundo no podría depender de nadie; es muy difícil que alguien tenga el tiempo, los recursos y la disposición al mismo tiempo que uno. Así que decidí que Buenos Aires sería mi primer viaje en solitario.
Cuadrar el itinerario no fue tarea fácil, pero desde esa oportunidad desarrollé una habilidad para buscar pasajes económicos, conseguir estadía a bajos costos y poder recorrer la ciudad con mí ajustado presupuesto CADIVI. Durante meses leía repetidamente los miles de comentarios dejados por viajeros en los cientos de blogs que abundan la web y aprendí de tal manera que mi primera mochileada terminó llevándome no solo a Buenos Aires, sino también visité Punta del Este en Uruguay.
BUENOS AIRES EN 5 SABORES
Desde mi llegada a Argentina me dediqué a descubrir esos sabores que caracterizan a la nación gaucha. Probé muchísimas cosas, desde sus excelentes carnes hasta su gran variedad de vinos, pero en definitiva yo resumiría la geografía del paladar argentino en 5 sabores: Alfajor, Dulce de Leche, Malbec, Mate y Cerveza Quilmes.
EL MEJOR ALFAJOR
A estas alturas creo que para nadie debe ser desconocido el alfajor, pues este postre elaborado de maicena es bastante popular en Venezuela. Sin embargo, en Argentina el furor por el alfajor va más allá, y podemos encontrar estos dulces en múltiples presentaciones: bañados en chocolates, glaseados, con diferentes rellenos, e incluso no siempre tiene que ser de maicena; en Argentina (Según el código alimentario) se puede llamar Alfajor a 2 galletas o piezas de masa, unidos por un relleno. Entonces encontramos alfajores de Oreo o Chips Ahoy, por ejemplo.
En cada esquina de Buenos Aires te dirán que tienen los mejores Alfajores, pero sin duda los más emblemáticos son los de Havanna café. Empresa fundada en 1948 en Mar de Plata, la cual es considerada líder en repostería artesanal. Aunque ya hoy en día el “alfajor havanna” se produce a gran escala y se exporta. Mi favorito sin duda es el de cobertura de chocolate amargo, una pieza magistral de la repostería.
Otra cosa que excitará su paladar, llevándolo al clímax, es la combinación de alfajores con espumosos semidulces; mejor aún si lo disfrutan paseando el reconocido barrio San Telmo ¡Toda una experiencia para recordar!
DULCE DE LECHE
Muy ligado al alfajor se encuentra el dulce de leche, sin embargo este manjar puede comprarse sólo, para luego untar el pan o las galletas. Marcas de dulce de leche hay muchas, y en los supermercados veremos estantes repletos de frascos que contienen el tradicional producto; el cual los argentinos aluden haber inventado en 1829, según documenta un escrito que reposa en el Museo Histórico Nacional de Buenos Aires.
CON AROMA A MALBEC
Hablar de vinos argentinos es hablar de Malbec. Esta uva vinífera ha encontrado en Argentina unas condiciones geográficas que le permiten desarrollarse de manera excepcional y por ello es la cepa icónica de la nación. Los vinos tintos de uva Malbec argentina son reconocidos y alabados a nivel mundial, por tratarse de caldos aromáticos y frutales de excelente calidad.
Varios fueron los Malbec que probé durante este viaje, envolviéndome en su clásico color violeta con rayos rojizos, y un aroma que recuerda a la ciruela. Recuerdo especialmente el Jean Bousquet, un caldo que me recomendó una amiga sommelier. También el Malamado, un Malbec a la manera de Oporto. Además de haber descorchado más de una decena de botellas de Postales del fin del mundo…
MATE A TODA HORA
El Mate es una bebida típica en las naciones sureñas: Uruguay, Brasil, Paraguay, y por supuesto Argentina. Se trata de una infusión elaborada con “yerba mate” secada y molida, para la cual se utiliza un recipiente al cual también se le llama “Mate”.
El mate es una infusión bastante amarga, por lo cual los argentinos optan por mezclarlo con azúcar e incluso edulcorante. Para la preparación la yerba se coloca en el recipiente y se agrega agua caliente, normalmente a unos 80 grados.
Aprendí que truco está en echar el agua por un costado para que las partículas de yerbas más finas floten, y no tapen la bombilla (especie de pitillo de metal) por la cual sube el líquido. Hay quienes optan por no tomar la primera infusión por considerarla muy amarga, y esperan a realizar una segunda infusión con las mismas hojas. Es común ver a los argentinos por las calles “mateando”, es decir tomando su mate. También es algo cómico ver cómo van con su recipiente en mano y el termo de agua caliente bajo el brazo.
QUILMES LA CERVEZA NACIONAL
De esta cerveza se pudiese decir que quien viaje a Argentina y no pruebe Quilmes debe devolverse, pues la experiencia le quedó incompleta. Quilmes es la “birra” que domina el 80% del mercado argentino, por lo que su sabor es reflejo del paladar de la nación ¿Mi favorita? – Sin duda la Quilmes STOUT, una cerveza negra con delicioso dejo tostado.
Para acompañar una cerveza Quilmes puede probarse una suculenta empanadita argentina o un buen corte de Carne, como los que encontramos en el popular restaurante “Siga la vaca” en Puerto Madero.
NOTA FINAL
Sin duda fue un acierto haber seleccionado a Argentina como primer destino para mochilear. Un viaje que me marcó tanto, que aún luego de otros 35 países visitados logro recrear lo sabores que deleitaron mi paladar.