Cementerios se han convertido en escenario perfecto de fechorías

Cementerio
Las profanaciones de tumbas se han convertido en un dolor de cabeza para quienes tienen a sus seres queridos en el cementerio municipal de Los Teques

“Más peligroso que entierro e´ malandro” es el nuevo refrán que se escucha entre los venezolanos, quienes han tenido que adaptarse a los nuevos ritos funerarios que incluyen a motorizados haciendo “caballitos” y disparando a diestra y siniestra para repudiar la espiral de violencia en la que probablemente perdió la vida a quien despiden por última vez.

Esta realidad no es ajena a los Altos Mirandinos, pues mostrando los orificios producto del paso de proyectiles de arma de fuego en el techo y paredes laterales de su unidad habitacional ubicada en el sector 23 de Enero de Los Teques, recibe al equipo reporteril del diario La Región quien decidió identificarse solo como María, quien entra en pánico cada vez que tiene lugar el entierro de un mala conducta en el cementerio municipal.

“La última vez que presencié un espectáculo de esta índole se trataba de un motorizado asesinado cuyos compañeros hicieron piruetas en los dos ruedas mientras tomaban ron. La situación se salió de control cuando un cuarteto de los presentes sacó unas pistolas y comenzó a efectuar detonaciones al aire, las cuales precisamente fueron a dar a mi casa; gracias a Dios sin saldo que lamentar”.

-Las calles adyacentes al cementerio de Los Teques se han convertido en  tierra de nadie,  un territorio sin ley porque hacen lo que les da la gana sin que un policía se aparezca por allí;se ha convertido en una especie de ritual peligroso en el que nadie interviene pese a que pasamos un rato desagradable quienes por aquí hacemos vida.

Esta opinión es compartida por los comerciantes de la zona, quienes a través de gruesas rejas que evitan el acceso a sus negocios, denuncian que esas situaciones se prestan para cometer delitos “pues bebidos y armados vienen a atracarte y uno no puede hacer nada más que cumplir con las peticiones”, refirió uno de los entrevistados que prefirió mantener su identidad en el anonimato por temor a represalias.

-Después uno los ve entrar al cementerio; a veces le llevan mariachis a los muertos y hasta bailan sobre las tumbas convirtiéndose el último adiós en un acto bochornoso que hace años dejó atrás la solemnidad y el respeto.

En otros casos que resultan sorprendentes para quienes están acostumbrados a lo tradicional, los allegados del difunto cargan con urna en hombros y visitan aquellos lugares que en vida disfrutaba el fallecido, lo que incluye bares, prostíbulos y ventas de lotería, lo que lleva a los policías a improvisar puntos de control y alcabalas para tratar de agilizar el paso automotor.

“El otro día tardé más de una hora en llegar del trabajo a mi casa cuando lo hago en 10 minutos, debido a que quedé detrás de un cortejo fúnebre que incluía un grupo de motorizados mal encarados que impedían el libre tránsito, refirió “Tito”, de profesión taxista, quien agregó que en más de una ocasión ha sido robado en las inmediaciones del cementerio municipal, justamente cuando se encuentra atrapado en una cola producto de un entierro.

Sepulturas violentadas

Esta no es la única problemática que aqueja a los moradores del camposanto, vecinos denunciaron que  hubo una temporada en que era regular el ingreso de personas inescrupulosas a partir de las 6:00 p.m. para profanar tumbas y cometer actos vandálicos con los féretros.

“Recuerdo que en  2011 quince sepulturas fueron violentadas en plena madrugada dejando varias tumbas en estado deplorable. Mientras en algunos casos sólo causan daños y destrozos, en otros cargan con huesos y cráneos que son encargados por los practicantes de la llamada magia negra”, reveló María.

Pese a que la situación no es nueva y varias han sido las personas en llevarse la ingrata sorpresa de ver abierta la tumba de su ser querido y lo han denunciado ante los entes y medios de comunicación social, “las autoridades no se han abocado a darle solución definitiva a esto que puede convertirse incluso en un problema de salud pública, pues abren tumbas contentivas de cuerpos en pleno estado de descomposición, lo que evidentemente genera malos olores que debemos soportar quienes por aquí hacemos vida”, refirió otra entrevistada.

Insólito universo

Otros moradores denunciaron “aquí entran desadaptados a hacer de las suyas, incluso parejas que, por increíble que parezca, vienen a cometer actos inmorales sin respetar la memoria de los muertos”, refirió una fémina de apellido Morales, quien solicitó que la vigilancia sea reforzada “porque uno ve cómo los familiares llegan con flores para sus difuntos y salen indignados al ver las condiciones del espacio dedicado para el descanso de sus allegados, donde incluso hallan preservativos usados”.

-Todo eso sin hablar del desmantelamiento de las barandas de cobre, las cuales revientan y se llevan para venderlas. Lo que pasa es que como allí descansan los muertos, las autoridades competentes le restan importancia, lo que se refleja en la pasividad de los intervinientes en el caso.

Johana Rodríguez – jrodriguez@diariolaregion.net/@michellejrl

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