El Sol y la Luna se cruzaron en Higuerote

Curiosos
Aficionados y curiosos madrugaron para observar en primera fila el encuentro de estos astros

A las 5 de la mañana las nubes parecían haber ganado la contienda. En Playa Cuchivano de Higuerote la soledad del cielo era constantemente interrumpida por numerosas masas de vapor suspendidas en la atmósfera. Algunas estrellas lograban escapar del anonimato, pero las condiciones del tiempo amenazaban con empeorar.

Confiando en la inestabilidad climática, se instalaron dos telescopios a pocos metros de la costa, ambos apuntando hacia el Este en busca del astro rey y su compañera nocturna. Estos instrumentos capturan la radiación solar y proyectan imágenes amplificadas de los mismos. El más grande y complejo (llamado reflector) utiliza espejos, mientras que el más pequeño y sencillo (conocido como refractor) emplea lentes.

Poco a poco las personas fueron aglomerándose en el lugar. Algunos sabían de la actividad organizada por el Grupo Astronómico del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (Ivic) a cargo del divulgador Enrique Torres; otros se acercaban por simple curiosidad a indagar lo que ocurría. Pasadas las 6 de la mañana la función no había comenzado, pero en el ambiente ya se percibía ansiedad y emoción por lo que estaba a punto de suceder en el firmamento.

A los participantes se les entregaron anteojos de observación solar elaborados con cartón negro y negativos de papel fotográfico para proteger los ojos de los rayos ultravioletas. Sin embargo, no faltó quien llevara una pequeña lámina de filtro soldador número 14 para tener una panorámica más clara del encuentro cósmico entre nuestro satélite natural y la imponente estrella brillante.

Conectado a un televisor de 42 pulgadas, el telescopio reflector retransmitía en tiempo real para el deleite de los espectadores. Incluso las manchas solares eran captadas con precisión. El joven divulgador del Ivic, Salomón Gómez, aprovechó la oportunidad para explicar que dichas sombras oscuras son regiones del disco solar con una temperatura inferior a la de su alrededor, las cuales se originan como consecuencia de intensas tormentas magnéticas en el Sol.

No había dudas: todo estaba listo para presenciar el último eclipse del año 2013, llamado así a la desaparición transitoria, total o parcial, de un astro, producida por la interposición de otro cuerpo celeste entre dicho astro y el Sol. En el caso del pasado domingo 3 de noviembre, la Luna se atravesó directamente entre el Sol y la Tierra, formando un eclipse solar.

Cerca de las 7 de la mañana, el Sol parecía “mordido” en un 30%. Las expresiones de sorpresa y admiración se apoderaron de los rostros del público.

La mayoría optó  por ver la danza celeste en silencio, pensando quizás en la majestuosidad de nuestro universo, en que con solo mirar hacia el cielo es posible olvidarse del tráfico, la economía y los problemas cotidianos propios de este mundo. Otros, por el contrario, conversaron acerca del eclipse, recordaron el del año 1998 y otros de tipo lunar. También agradecieron al Ivic por permitirles estar ahí. Los más osados comentaron sobre avistamientos extraterrestres y formas de vida en otras galaxias.

Una pregunta común entre los asistentes fue cuándo se ocultaría completamente el Sol. El divulgador del Ivic, Jesús Morillo, aclaró que en Oriente Medio, Europa y norte de Suramérica (incluyendo a Venezuela) el eclipse se apreciaría de forma parcial. En cambio, en regiones como África la Luna se “tragaría” al astro rey en su totalidad por unos minutos. Debido a esta doble condición, el eclipse solar de ese día se denominaba híbrido o mixto.

Aunque la ciencia moderna ha desmitificado la relación entre el espacio y el ser humano, este sigue asombrándose ante la majestuosidad del cosmos.

Eclipses, meteoros, cometas, estrellas, meteoritos, fases lunares y asteroides son eventos tan atractivos como misteriosos sobre los cuales no se ejerce influencia. Hasta ahora, solo es posible pronosticar la fecha y el lugar de ocurrencia, una razón más para esperarlos con los ojos bien abiertos y la nostalgia de quien observa un hecho irrepetible.

Calentando motores

En horas de la tarde del sábado 2 de noviembre, el Grupo Astronómico del Ivic se instaló  en la Concha Acústica de Higuerote para ofrecer a los transeúntes una jornada de observación telescópica.

Niños, jóvenes y adultos de todas las edades posaban sus ojos sobre el ocular para contemplar las estrellas en el cielo. Júpiter hizo gala de su elegancia y se dejó  fotografiar. También se advirtió el paso de satélites artificiales por encima de nuestras cabezas.

Al mismo tiempo, un vídeo sobre los acontecimientos astronómicos más notables de la historia de la humanidad entretenía a grandes y chicos. Los descubrimientos de Copérnico y Galileo así como las teorías postuladas por Newton y Einstein fueron parte de la programación.

Para mostrar los efectos nocivos de la radiación solar, se colocó una hoja de árbol en el lente del tubo refractor. Apenas 3 segundos después de recibir la luz directa del Sol, la hoja comenzó a echar humo y se quemó. La impresión sucumbió entre el público.

Prensa IVIC

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