Inflación y escasez complican costear el plato navideño

Hallaca
Las hojas de hallacas están difíciles de encontrar

“Cada año la mesa tiene más gente y menos comida. Antes hacíamos hallacas para regalar, degustábamos un gran pernil y acompañábamos con cualquier cantidad de frutas y dulces como turrón y panetón, elementos que poco a poco van desapareciéndose de mi casa bien sea porque se dificulta hallarlos en los mercados o tienen un precio tan alto que hay que omitirlos por lo ajustado del presupuesto”.

Así  relata Migdalia Guevara, vecina de la calle Cecilio Acosta de la capital mirandina, quien ya comenzó a recorrer sus locales favoritos en busca de los ingredientes para las tradicionales hallacas, así como la ensalada de gallina, pan de jamón y pernil; se topó con precios considerablemente mayores a los del pasado año.

-Yo era una mala pobre,  no me gustaba estar comprando en los fulanos mercaditos a cielo abierto hasta que un día, ante la insistencia, acompañé a mi mamá al que abren los domingos en la avenida Francisco de Miranda y me di cuenta que trabajan con productos frescos y a precios solidarios, pues incluso uno puede llevarse mercancía a la mitad de lo que está en las cadenas privadas. Espero ir este domingo para ver si compro las hojas.

La búsqueda

Ella no es la única ama de casa que ha descubierto esta modalidad de ahorrar a la hora de comprar los alimentos, sobretodo cuando se acerca la cena del 24 de diciembre y es tradición elaborar platos como la hallaca que año tras año es más costosa.

Según comerciantes consultados en diversos negocios de los Altos Mirandinos, preparar una hallaca podría salir hasta el doble con respecto al año pasado, como consecuencia de los estragos causados por la inflación que hace que mes tras mes hacer mercado sea más traumático y el sueldo mínimo no alcance para cubrir la cesta básica.

Entre los ingredientes requeridos para el calórico platillo están el pollo, así como la harina de maíz precocida, cebolla, pimentón, ajoporro y ajo, productos naturales que parecen estar en una montaña rusa, pues constantemente sus precios suben y bajan. No se quedan por fuera de este conteo las tradicionales pasitas, aceitunas y alcaparras que este año llegaron costando incluso el doble.

“La gente cree que uno es carero,  deben entender la cadena que hay desde el proveedor hasta el consumidor final; en cada eslabón los precios van subiendo y para poder verle la ganancia al producto debemos acatar las reglas de la oferta y la demanda”, refirió Jorge Pérez, encargado de un abasto ubicado en la avenida Bolívar de Los Teques, quien detalló que “cada año las compras de ingredientes inician más tarde. Antes en septiembre la gente comenzaba a preparar las hallacas, luego se inició en noviembre;   como vamos este año la gente como que piensa dejar las compras para el último momento”.

Sin pernil

Cada 365 días encontrar pernil parece hacerse más difícil, razón por la cual las amas de casa ya están acostumbradas a improvisar. “Los últimos 3 años me las he arreglado con paletas de cochino para el 24 y 31 de diciembre, pero si la cosa se pone muy peliaguda lo omitiré, así no engordo tanto y en enero no tengo que estar peleando con la ropa”, sentenció entre risas Rossana Ojeda, habitante del conjunto residencial Lagunetica, quien hacía compras en un concurrido mercado capitalino.

-En medio de la escasez que hemos afrontado a lo largo del año, quienes llevamos las riendas del hogar nos hemos convertido en magos para no perjudicar el menú de nuestros hijos y esposos. Diciembre no iba a ser la excepción y eso se veía venir desde hace meses,  con el asunto de las divisas y las importaciones tan controladas por el Estado, es de esperarse que existan dificultades para encontrar ciertos productos mientras que otros se han convertido en el lujo permitido para unos pocos.

Bebida limitada

La bebida no está excluida de los embates inflacionarios, por lo que también ha subido considerablemente su costo en comparación al mismo período de 2012.

-El ponche crema que era la bebida oficial pasó a costar más de 300 bolívares, al igual que las sidras. Tocará un traguito el 24 y otro el 31 de diciembre, de resto a tomar pura agua. Ya no se puede ni beber socialmente, refirió Francis González, vecina de Montaña Alta, municipio Carrizal, quien no tuvo más remedio que devolver las botellas a los anaqueles.

Johana Rodríguez -jrodriguez@diariolaregion.net/@michellejrl

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