La crisis del madurismo

Juan Páez Ávila

 

La crisis política del madurismo la generan las mismas políticas equivocadas del difunto Comandante en Jefe, que después de la derrota que sufriera en las elecciones del 2 de diciembre de 2007 las exacerbó y a la vez provocó la protesta de centenares o miles de militantes que ya no lo podían oír con la fe de los incondicionales de otros tiempos, que creían en la infalibilidad de su palabra y en el cumplimiento de sus promesas.

La totalidad de candidatos a alcaldes del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) han sido señalados como los seleccionados previamente por el heredero del Presidente, para conocimiento de los militantes de esa organización política sin consulta a la militancia. Esa denuncia ha provocado la rebelión de algunos que se habían ganado el respaldo de sus compañeros de la base y fueron sustituidos por los favoritos de Nicolás Maduro. Y esa rebelión podrá tener consecuencias negativas muy graves para los candidatos impuestos por el dedo presidencial, si a ello se agrega el lanzamiento de candidatos de los partidos del polo patriótico, quienes también, hasta ahora, han sido subestimados por la dupla Maduro-Cabello.

Y aunque es posible que las intimidaciones o enjuiciamientos de algunos funcionarios públicos que no se sometan a los dictados del Jefe único, contribuya a callar algunas voces, los sin tierras, sin viviendas, sin empleo, acostumbrados a las amenazas del hampa todos los días, a quienes se les ha dicho que el socialismo es para todos, que tienen derecho a participar y a ser protagonistas de la historia, después de casi 15 años de oír mentiras, se mantendrán protestando en las calles y posiblemente no votarán en diciembre por los candidatos impuestos y hasta sufraguen en contra.

Todo indica que estamos en presencia de una crisis económica, política y social que se origina en las contradicciones de una prédica socialista y una práctica capitalista de Estado, que ha mantenido engañados a miles de venezolanos a quienes no se les han solucionado sus problemas económicos y sociales, pero que ven muy de cerca cómo muchos de los jerarcas del gobierno se enriquecen de la noche a la mañana. El verbo hipnotizador extinto Presidente ya no existe e incluso su voluntad de hacer algo por su pueblo, se ha estrellado, después de 15 años de gobierno, contra una realidad económica y social que no admite políticas equivocadas que ya fracasaron en otros regímenes totalitarios o de simple tendencia autocrática.

jpaezavila@gmail.com

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