Los habitantes del bloque 21 de la urbanización Cecilio Acosta de El Paso se muestran seriamente preocupados por el estado en que se encuentra un torrente montañoso que, según explican algunos vecinos, pasa por debajo de la Unidad Educativa Nacional Luis Correa, cuyas paredes al igual que las del bloque mencionado se hayan en muy mal estado por los efectos del agua en las bases de las estructuras.
“El colegio se ha visto muy afectado por esta problemática, porque este torrente montañoso ha ido socavando el terreno donde esta el liceo y los edificios cuyas paredes están muy deterioradas y a punto de desplomarse. La directora del plantel habló con diferentes entes encargados, pero nadie nos ha escuchado y seguimos esperando por su presencia”, manifestó Casanova Padilla quien es una de las vecinas de la comunidad tequeña.
Un talud que lleva aproximadamente unos cuatro años, según reseñan los habitantes del sector, mantiene en constante vilo a los vecinos del bloque 21 ya que amenaza cada vez más con desplomarse sobre el estacionamiento de la zona.
“Las aguas producidas por las lluvias van arrastrando escombros, piedras y tierra en gran cantidad hacia este espacio que está a punto de venirse abajo. Hace tiempo nos dijeron que supuestamente este torrente montañoso pasa justo por debajo del bloque 4 y ha ido socavando el terreno. Los vecinos estamos temblando”, declaró Padilla.
Según aseveran algunos vecinos de la urbanización varios personajes del de la Gobernación de Miranda y la Alcaldía del municipio Guaicaipuro han hecho presencia en el lugar, pero ninguno les ha resuelto o dado respuestas positivas sobre el caso.
Además de ello, la escuela es uno de los centros de votación con que cuentan los habitantes de la ciudad capital mirandina, por lo que los votantes de estas mesas claman por las reparaciones pertinentes de la estructura.
Pinos palo abajo
Otra de las problemáticas que deben enfrentar las personas que aparcan sus vehículos en el estacionamiento del bloque 21 son los pinos de más de 35 años que cada cierto tiempo y dependiendo de la cantidad de lluvia y viento van soltando sus enormes ramas, las cuales caen sobre le terreno pudiendo herir a algún transeúnte que se encuentre en el lugar.
“Los pinos se caen y sus ramas han causado daños a varios carros. Es un verdadero peligro porque hasta pueden matar a alguien si le cae una de esas ramas encima”, aseveró Padilla.
Por su parte, el área del estacionamiento, así como de sus alrededores, no cuenta con alumbrado público, por lo que el sector es una “boca de lobo” durante las horas de la noche.
“Necesitamos que poden los árboles antes que un día de estos causen un daño irreparable a alguno de los vecinos que haces vida aquí”, indicó otra de las habitantes.
Cancha abandonada
Desde hace más de 15 años la cancha del sector no ha sido reparada por ningún ente estadal o gubernamental, por lo que luce totalmente abandonada. La cerca que la bordeaba está en el piso y el aro de baloncesto dejo de existir desde hace ya unos cuantos años atrás.
“La cancha necesita una reparación total, porque está inservible. Los jóvenes de este bloque no tienen donde recrearse”, afirmó Padilla.
Otros habitantes de la zona informan que durante las noches y fines de semana personas inescrupulosas usan este terrenos para tomar y hacer “fiestas al aire libre”.
Sin parque de bolsillo
Lo que una vez fue un espacio recreacional para los niños del bloque 21, actualmente es un rincón abandonado donde la maleza se ha enmarañado en lo que queda de los toboganes, rueda y columpios.
Totalmente inservibles es como están los aparatos donde los más pequeños solían divertirse, por lo que ahora no cuentan con un lugar adecuado donde poder distraerse durante las tardes luego de las actividades escolares.
Por esta razón los vecinos hacen un llamado a los entes encargados para que puedan resolver las problemáticas que los agobian y ponen en peligro diariamente.
Ronald Gil- rgil@diariolaregion.net / @thedaniels21