Bajan en 70 % ventas de buhoneros tras medidas económicas

Mientras que en una acera un leggings es ofertado por 900 Bs. en centros comerciales como La Cascada puede ser adquirido por un tercio de este costo, por lo que cada día más personas hacen cola con gusto.

“En las minitiendas de La Hoyada el jean más barato te sale en 900 bolívares mientras que me puedo llevar por la mitad de ese precio el mismo producto en Tijerazo. Con cola y todo prefiero comprar en el centro comercial La Cascada”, refirió Carolina Ávila, quien este jueves se fue de shopping.

Como ella cada vez son más las personas que están optando por comprar en las tiendas que han sido seleccionadas para rebajar los precios en el marco de las medidas económicas que ha venido aplicando el Gobierno.

“Uno antes compraba en los buhoneros porque salía más barato, de un tiempo para acá están tan careros como en las tiendas, donde uno paga más por el confort, el aire acondicionado, los probadores, la seguridad y el hecho de que no tienes que estar tropezando con un montón de gente”, agrega la entrevistada, quien pone como ejemplo los costos de los populares leggins, vendidos en 900 bolívares tanto en los comercios formales como informales.

-Antes los vendedores de la calle eran una opción de economía, ahora están más especuladores y cuando se acerca la Navidad suben aún más los precios; con esta situación no hará falta que los fiscalicen, ellos mismos tendrán que bajar sus números para hacerle la competencia a las grandes cadenas que hoy están en la mira.

Del otro lado de la historia están los buhoneros, quienes durante los últimos 15 días han notado un descenso significativo en las ventas. “Cuando bajaron los precios de los electrodomésticos la gente sacrificó todo gasto para poder llevarse un televisor, la locura se desató verdaderamente con las rebajas en Traki. Desde la noche que se corrió el aviso la gente comenzó a aglomerarse en las afueras de la tienda”, refirió Juan Corrales, quien tiene su puesto de ropa en la avenida Bermúdez de Los Teques.

-Recuerdo clarito que eso lo dijo el Presidente un jueves. El viernes no se veía a nadie en las calles porque todo el mundo estaba haciendo cola para comprar juguetes y ropa; tanto fue así que hasta mi mujer pasó el fin de semana haciendo la cola para entrar y valió la pena porque encontró pantalones hasta por 100 bolívares, el tema es que ellos compran con dólar preferencial; a nosotros nos venden ya con sobreprecio y nadie va a trabajar para perder.

 La esperanza

Con los ojos fiscalizadores sobre los centros comerciales, cada día son más las tiendas que se suman a la “fiebre” de las rebajas, acción que no ha sido imitada por los buhoneros, cuya esperanza es que pronto estos negocios se queden sin mercancía y entonces la gente acuda a los tarantines.

Así lo señaló Nelson Guillén, quien tiene su puesto en la avenida Miquilén de Los Teques y espera que en vísperas de la llegada del Niño Jesús se disparen las ventas.

Este de por sí no era un año que pintaba bien, cada vez que hay elecciones el ambiente se pone raro y la gente invierte sus aguinaldos en mucha comida, velas, carro y vivienda; este año no sólo vamos a comicios sino que de paso nos lanzaron a los leones con esas rebajas. El sector informal se está viendo seriamente afectado con estas medidas gubernamentales.

Los beneficiados

Quienes no se quejan últimamente son los compradores que hacen con gusto sus colas para adquirir desde televisores plasma hasta zapatos a “precio de gallina flaca”.

«Al fin pegamos una. Ciertamente no son productos de primera necesidad ni era la mejor manera de ejecutar la medida, pero definitivamente había que darle un parado a los especuladores porque venían desangrando los bolsillos de todos”, expresó Mireya Zamora, quien pudo adquirir una batidora en JVG de La Cascada, “que antes para mí era impensable tener por lo cara que estaba”.

Como ella cada día son más las personas que aplauden las rebajas; sin embargo, los entrevistados se preocupan porque las tiendas no sean reabastecidas o los controles duren sólo hasta después de las elecciones. “Espero que no sea comida para hoy y hambre para mañana, ese es el miedo colectivo que ha desatado esta ola irracional de compras”.

Johana Rodríguez
jrodriguez@diariolaregion.net/@michellejrl 

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