El pronóstico electoral…

 

 

Leandro Rodríguez Linárez

 

El principal problema del país es la inseguridad, a niveles realmente dantescos, pero resulta “explicativo” observar, una vez más, otro proceso electoral llevado a cabo sin que ésta problemática sea la principal oferta a resolver por los candidatos aspirantes. Decimos explicativo por cuanto ésta conducta permite comprender por qué el venezolano ve empeorar su calidad de vida, sencillamente no ataca sus necesidades sentidas, las prioritarias, sino que es susceptible a aceptar gobernantes cuya principal característica es la improvisación. Observamos que del lado del gobierno la estrategia electoral, como es costumbre en los últimos 15 años, se circunscribe a la acción del ejecutivo nacional, acción que hoy busca frenar el alto costo de la vida reduciendo vía decreto los precios, precios que en muchos casos son fuente de enriquecimiento ilegal, por usura, pero en otros es consecuencia de comprar mercancía con moneda extranjera adquirida a otros precios fuera del control cambiario. Como estrategia electoral puede que dé frutos por la inmediatez de los resultados, pero el verdadero trasfondo de la inflación son un aparato productivo que se reduce violentamente y el cerco oficial para adquirir dólares para la importación de productos, materias primas y repuestos necesarios para la actividad comercial, de ello depende en más de un 70% nuestra aporreada economía. La oposición depende principalmente de captar el descontento hacia el gobierno, tanto que cae en el juego de éste y prácticamente hace una campaña estándar en los 335 municipios del país, en consecuencia, una acción gubernamental como el ataque contra la “guerra económica” que se traduce en electrodomésticos para los hogares hoy día puede sobreponerse a los problemas reales de la gente en los municipios como lo son la inseguridad, el deterioro de la vialidad, alumbrado, entre otras tantas parvedades. La gran pregunta ¿Y entonces? ¡Entonces nada! Hemos asumido la política a la ligera, apostando a ganador como sí se tratase de algo deportivo, magnificando a los gobernantes como sí se tratasen de estrellas deportivas. En otros países, sobretodo la Europa Nórdica, la abstención es sinónimo de conformidad ¡todo funciona bien! Pero aquí en Venezuela donde todo anda de mal en peor una alta abstención es sinónimo de desesperanza aprendida, de conformismo, de una cultura política primitiva. ¿Cuál será el resultado del 8D? Municipios con habitantes con TV de plasma con calles llenas de huecos y municipios sin planes ni proyectos.

Salir de la versión móvil