Derecha prepara gobierno, y la izquierda alega fraude

Simpatizantes de Juan Orlando Hernández, del Partido Nacional (PN), celebran la proclamación de la victoria de su candidato en Tegucigalpa el 24 de noviembre de 2013. FOTOS / AFP
Simpatizantes de Juan Orlando Hernández, del Partido Nacional (PN), celebran la proclamación de la victoria de su candidato en Tegucigalpa el 24 de noviembre de 2013.

 Juan Orlando Hernández, del gobernante Partido Nacional (PN), acumula un 34,19% de los votos contra 28,83% de Xiomara Castro, esposa del derrocado presidente Manuel Zelaya, según un informe dado este lunes por el Tribunal Supremo Electoral (TSE), tras escrutar el 58% de las mesas

El oficialista Juan Orlando Hernández comenzó este lunes a perfilar su gobierno de derecha en Honduras, al encabezar por cinco puntos el conteo de votos, pero la izquierdista Xiomara Castro rechazó el resultado y sus seguidores amenazaron con tomar las calles.

Hernández, del gobernante Partido Nacional (PN), acumula un 34,19% de los votos contra 28,83% de Castro, esposa del derrocado presidente Manuel Zelaya, según un informe dado este lunes por el Tribunal Supremo Electoral (TSE), tras escrutar el 58% de las mesas.

«No aceptamos los resultados», sentenció Zelaya, en una rueda de prensa en un hotel capitalino, acuerpado por cientos de seguidores de su partido Libertad y Refundación (Libre) que gritaban: «Se oye se siente Xiomara presidente».

Aunque el TSE aún no proclamó un ganador, Hernández, abogado de 45 años, se declaró triunfador desde la noche del domingo y este lunes nombró una comisión de «transición» para que el presidente Porfirio Lobo, de quien es su mano de derecha, le entregue el poder en enero próximo.

«Ya el pueblo eligió, ahora a trabajar», afirmó en rueda de prensa el también presidente del Congreso, quien convocó a Castro y a los otros partidos a trabajar por un «gran pacto nacional» contra la inseguridad y la pobreza que agobian al país.

«A las calles»

Las calles de Tegucigalpa y de otras ciudades del país permanecían este lunes con una fuerte presencia de militares y policías, que rodeaban la Casa Presidencial, la Fiscalía, el TSE, hoteles y otros lugares estratégicos de la capital.
Ninguno de los seguidores de los dos candidatos se atrevieron a salir a celebrar, pese al feriado, pero cientos de simpatizantes de Castro y Zelaya protestaron frente a la sede del TSE, vigilados de cerca por los militares.

Zelaya, derrocado por una alianza cívico-militar de derecha el 28 de junio de 2009, advirtió que como ocurrió con las protestas contra el golpe de Estado, ahora los seguidores de Libre van a defender «la victoria que obtuvimos en las urnas».

«Si es necesario iremos a las calles (…). No queremos ninguna negociación», agregó Zelaya, en nombre de la exprimera dama, de 54 años, quien no ha aparecido en público desde que la noche del domingo se autoproclamó presidenta electa.

«Muéstrennos urna por urna, acta por acta, pueblo por pueblo», retó Zelaya, quien denunció una «manipulación» del tribunal para favorecer a Hernández. «Han conspirado y han confabulado», subrayó.

Libre sostiene que hubo «serias inconsistencias» en un 19% de las actas electorales (que representan 400.000 votos) a través de la «transmisión irregular de resultados».

Al responder a las denuncias, Hernández afirmó que quienes tengan dudas del proceso electoral deben acudir al TSE. «El triunfo es el resultado de lo que el pueblo hondureño decidió en las urnas, no se negocia con nadie», expresó.

La candidata izquierdista hondureña, Xiomara Castro, del partido Libre, junto a su esposo y derrocado presidente del país Manuel Zelaya, tras votar en Catacamas.

A concertar

En el país más violento del mundo, Hernández prometió «mano dura» contra el crimen organizado con una fuerza de 5.000 policías militares. «Voy a hacer todo lo que tenga que hacer para recuperar la paz del pueblo hondureño», reiteró el oficialista.

La violencia del narcotráfico y las pandillas tienen al país con el triste récord mundial de homicidios, 85,5 por cada 100.000 habitantes, con 20 asesinatos a diario en promedio.

El nuevo gobierno también asumirá un país, el segundo más pobre de América después de Haití, con un 71% de sus 8,5 millones de habitantes en la pobreza y una economía calamitosa, con un déficit fiscal del 6% y una deuda externa de 5.500 millones de dólares.»Está obligado a concertar con Libre y los otros partidos para sacar adelante tanta tarea, tanto problema en el país», afirmó el analista Raúl Pineda Alvarado.Los hondureños eligieron además para los próximos cuatro años a 128 diputados y 298 alcaldes, de un total de nueve partidos. Aunque aún no hay reportes de la conformación del Congreso, el analista Matías Funes dijo a la AFP que es de prever que será «muy heterogéneo, lo que «obligará a establecer alianzas».»Moviendo como objetivos los grandes intereses de Honduras, cuando eso ocurre es facilito ponerse de acuerdo», dijo Hernández, ante el nuevo ajedrez político.Según el TSE, el Partido Liberal (PL, derecha), que ha compartido con el PN el poder en Honduras desde hace un siglo, acumula un 20,76% de los votos y el Partido Anticorrupción (PAC, centroderecha) un 15,59%.»Hay un sector importante de la población, de excluidos, que rechaza el sistema que ha prevalecido por décadas y hay que ponerle atención. Tiene que haber diálogo», agregó el analista Carlos Montoya.Los observadores internacionales, más de 800, aún no emiten su informe final de las elecciones, pero el domingo destacaron la alta participación (61%) y no reportaron incidentes.

AFP

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