Al menos unas 72 familias que habitan en el sector Los Cedros de la ciudad capital mirandina viven durante las noches en una completa boca de lobo, ya que la vialidad principal de la comunidad carece de postes de alumbrado eléctrico y los pocos que se apuestan en el sitio tienen los bombillos quemados desde hace meses atrás y aún no han sido reparados por la compañía encargada.
“Hay postes, pero a ninguno les sirven los bombillos. Durante las noches es muy oscuro, ni se puede salir tranquilo al frente de su propia casa por temor a que te roben, porque esa oscurana se presta para muchas cosas de las cuales somos víctimas las personas que vivimos aquí. No ha venido Corpoelec a revisar los postes nunca, por eso estamos como estamos”, manifestó uno de los habitantes de la localidad tequeña.
No sólo el servicio de alumbrado público causa grandes dolores de cabeza a los vecinos de la Hacienda Los Cedros, sino también la mala distribución que tienen las bombonas de gas para este rincón de los Teques. El camión de Pdvsa Gas “nunca ha llegado hasta este sector”, por lo que los usuarios deben dirigirse directamente al centro de la ciudad para así adquirir los cilindros llenos con el rubro y poder cocinar los alimentos.
“Los que no tienen vehículo propio deben ingeniárselas para comprar el gas. Muchos pagan taxi y esto les sale más caro, pero como el camión nunca ha llegado aquí, pues seguiremos pasando las de Caín para poder comer”, afirmó Pedro Álvarez.
La distribución de agua también falla regularmente a lo largo y ancho de toda la comunidad, ya que según otro de los vecinos el agua de Linox no llega hasta esta zona, por lo que deben abastecerse del vital líquido traído directamente desde el parque El Encanto mediante tuberías.
“Hay días que sólo sale un hilito de agua , aquí pasamos penurias para poder conseguir agua potable. Las cisternas tampoco vienen a repartir el líquido por aquí”, dijo Álvarez.
A merced del hampa
Los vecinos de Los Cedros aseguran que viven en constante zozobra debido al alto índice de inseguridad que se presenta diariamente en el sector, ya que el patrullaje policial no se observa por la comunidad.
“La policía viene una vez al año y es porque nosotros pedimos que se acerquen por algún hecho que se presente. Vivimos asustados porque el hampa hace de las suyas en estas calles como les da la gana, aquí no hay ley que nos ampare”, indicó Álvarez.
Llenitos de huecos
La carretera principal que lleva a los conductores desde la carretera Panamericana hasta el corazón de la comunidad se muestra llena de troneras de diferentes tamaños que entorpecen por completo el paso vehicular.
La carpeta asfáltica ha sido construida por los mismos vecinos, quienes aseveran que nunca han recibido ayuda por parte de los entes municipales o estadales, por lo que se han visto en la obligación de construir con sus propios peculios la pequeña vía que se deteriora por la acción del agua y del sol.
No sólo los choferes que manejan por la zona deben arreglárselas para circular por la localidad, sino también aquellas personas que deben acceder al lugar a pie, ya que las caminerías nunca han sido elaboradas por lo que los transeúntes corren el riesgo de ser arrollados por los vehículos.
Niños, jóvenes y personas de la tercera edad se observan caminando por los hombrillos de la carretera para así tomar alguna de las unidades de transporte y dirigirse hacia sus respectivos destinos.
Sin transporte
La comunidad Los Cedros carece igualmente de una línea de transporte público que cubra esta ruta en específico, por lo que los vecinos deben transportarse en las camionetas que se dirigen o vienen del estado Aragua.
Hasta más de treinta minutos se tardan algunas veces en poder abordar alguna de las unidades, ya que muchas veces estas no se paran a recoger pasajeros a mitad de la vía.
Áreas de esparcimiento
Los jóvenes que hacen vida en esta localidad tequeña carecen por completo de áreas de esparcimiento como canchas y plazas donde poder desarrollar actividades deportivas.
“La comunidad en sí no tiene canchas de baloncesto ni futbolito, pero queda una muy cerca que es la que los muchachos usan para recrearse, sobretodo durante las tardes que es cuando algunos están libres de actividades educativas”, informó Álvaro Suárez.
Ronald Gil- rgil@diariolaregion.net / @thedaniels21