
Maracaibo es de esos sitios que aunque nunca hayas ido todo te parece familiar. Visitar la capital zuliana es una interesante aventura en la que conoces, de manera presencial, todos esos sitios que desde niño escuchas en las gaitas y terminan siendo lugares (y personajes) referenciales en la memoria del venezolano ¿Quien no ha imaginado como es ese famoso lugar llamado pa´ que Luis por allá en Santa Lucia? – Donde la cerveza está bien fría y desde allí te vais feliz, según reza la canción – ¿A cuántos no nos es familiar el paseo del Lago, el saladillo o el puente, aún cuando nunca hayamos ido a Maracaibo?
Las expectativas cuando vas a la tierra del sol amada son muchas, pues te has imaginado tantas veces esas zonas que comentan en la gaita decembrina que pudiese pasarte como cuando lees un libro y luego visitas el lugar. Muchas veces tu creatividad hacía imaginarte ese lugar de otra manera… En mi caso los gaiteros son tan explícitos que todo era muy similar a lo que yo había ilustrado en mi mente.
A decir verdad yo le huía a Maracaibo, la idea de una urbe a casi 40 grados (o más) no es algo que me atraiga. Sin embargo, agradezco a la vida haberme puesto en el camino la obligación de visitar esa ciudad a la cual siempre describiré como “contradictoriamente pintoresca y mágica”
LO TRADICIONAL
Una mochileada gourmet en Maracaibo debe contener – de manera obligatoria – una parada a comer Mandocas, una popular fritura zuliana elaborada en forma de rosquita con una masa de harina de maíz, papelón, plátano y ralladura de queso de año.
Esta grasosa delicia fue mi desayuno durante mi semana de estadía en Maracaibo, acompañadas con una buena tajada de queso Palmita, un queso que se reconoce por su masa hueca, de buena acidez y que extrañamente causa un chillido en los dientes cuando está bastante fresco. Creo que en Caracas le llamamos simplemente Palmizulia…
También es imprescindible tomar Viagra, y obviamente no me refiero a la afamada pastillita azul, sino que así le llaman en Maracaibo al Mango Adobao – preparado del cual los maracuchos reclaman la autoría- al cual agregan vinagre, limón, adobo y en muchos casos te lo entregan con un cubito para que lo agregues al gusto… Este platillo es el acompañante ideal para una de las colas que se forman después de las 5pm en las principales avenidas marabinas.
Imposible dejar a un lado la icónica agüita de sapo; una salcita elaborada con el agua del pernil asado, bastante salada, con la cual se acompañan las arepitas.

DEGUSTACIÓN DE SABORES CRIOLLOS
Llegamos al centro de Maracaibo, a un lugar que está de moda por combinar rumbeadero, espectáculos y comida. Le llaman Caribe Concert, y aunque los maracuchos se molesten, yo lo describo como la versión maracucha del popular Andrés Carne de Res en Bogotá, con sus personajes característicos y el ambiente informal.
La comida es buena, pero si desea asistir debe dar por sentado que tolerará los chistes de los personajes que cobran vida en el lugar. Algunos de estos chistes son un poco pasados o subidos de tono para un caraqueño, pero el sitio vale la pena visitarlo. El plato de degustación trae los clásicos preparados marabinos:
Mojito: Pero no espere la clásica bebida de ron con yerba buena, el mojito maracucho es un plato que se elabora con pescado desmenuzado (generalmente curbina) y agua de coco.
Chivo en coco: Como ven el coco es un ingrediente fundamental en la geografía del paladar del zuliano. Este plato aunque delicioso es bastante grasoso, y la textura fue extraña a primera impresión… creo nunca antes haber comido chivo.
Macarronada: Este es un plato que me impresiona por todo lo que lleva, además que nunca había relacionado a los maracuchos con los macarrones, y menos si me dicen que es un plato típico decembrino. La extraña – pero extremadamente suculenta- combinación lleva además de los macarrones un guiso de pollo desmenuzado, mostaza, papas, tocineta, papas, huevos, queso de año, y hasta diablitos…
Pastel de plátano: Mi favorito indiscutible de los sabores zulianos, es un pastel donde el dulzor del plátano maduro contrasta con lo salado de la carne molida y el queso que le agregan ¡imperdible!

Maracaibo también sabe a Cupcakes
No hay duda que los cupcakes – Ponquecitos, muffins, magdalenas con crema, fairycakes o como se les quiera llamar – han conquistado el mundo. Esta pieza de pastelería ha dado pie a mezclas de creativas y hasta elocuentes combinaciones, posicionándose como postre “de moda” desde París hasta Nueva York; y por lo visto haciendo una escala en Maracaibo.
Hay un lugar en la capital zuliana que no tiene nada que envidiar a otras tiendas de cupcakes en el mundo, se llama Sugar Factory y brinda deliciosas propuestas. Mi preferido fue el cupcake de piña colada, por su excelente combinación de sabores y texturas que recreaban a la perfección al trago tropical. También me pareció destacable el Pie de Manzana a la manera de cupcake, pues es muy creativo que hayan combinado dos postres que son de mis favoritos. En definitiva Maracaibo está dentro del mapamundi de los cupcakes de calidad.
CROCANTICAS
Así se llama el sitio y así describiría las galletas que venden en este lugar. Aunque es un local que parece más bien una casa de muñecas o una sala de té, bien vale la pena que cualquiera entre a probar sus creaciones. La nota creativa e innovadora la tiene su peculiar galleta de corn flakes, con una textura crujiente bastante peculiar y un sabor más que sublime. La galleta de mantequilla y la siempre tradicional de chocolate también son de las predilectas de los comensales que se acercan a este templo que rinde tributo al paladar a través de la harina.
CALLEJEANDO
Si de comida callejera se trata, no dejen de pasar por el célebre FRANCO, un puestico de hamburguesas que fue creciendo; hoy cuenta con un montón de sillas y mesas plásticas además de un batallón de ayudantes y hasta aceptan tarjetas de débito…
EXCITANDO EL PALADAR
Gabriel Balbás
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