Vendedores de comida trabajan “con las uñas” por la escasez

Mercado
Las aceitunas, alcaparras y demás alimentos navideños tienen sus precios “por las nubes”, lo que afecta tanto a comerciantes como a consumidores

Los vendedores que viven de expender diversos tipos de alimentos como hallacas y bollos, que son tradicionales durante la época decembrina, aseguran que deben “trabajar con las uñas” debido a la escasez que persiste en los supermercados de harina de maíz.

No sólo de los anaqueles se ausenta la harina que es el producto más buscado para la cena navideña, sino los demás productos utilizados para las hallacas como lo son las aceitunas y alcaparras.

Por tal motivo, los trabajadores han tenido que ingeniárselas para sobrevivir a los precios que, según informan, suben semanalmente, y seguir prestando un servicio de calidad a su clientela sin desmejorar la sazón.

Tal es el caso de María Inés Ibáñez, quien junto a su esposo tiene un puesto de comida en el mercado dominguero de la avenida Francisco de Miranda, donde ofrecen semanalmente sopa, tamales, bollos, hallacas y jugos naturales.

“Tuvimos que comprar las aceitunas y alcaparras en cantidades porque cada vez que íbamos los precios habían aumentado considerablemente, pero estamos trabajando con lo que podemos. Harina de maíz no se consigue y cuando hay sólo venden hasta cuatro por persona, a veces menos, y eso nos perjudica a los comerciantes que vivimos de lo que hacemos; no hemos desmejorado el servicio y seguimos ofreciendo los mismos precios a nuestros clientes”, manifestó Ibáñez.

Este es uno de los puestos más solicitados del mercado ya que la sazón, la excelente atención y los precios son los preferidos por los tequeños. Ibáñez desde las 4:00 a.m. ofrece hallacas a 40 bolívares, tamales también a 40 y bollos en 15; los jugos naturales cuestan 10 bolívares, el café 3 y la sopa 50 bolívares.

“Son las mejores sopas que pueden existir y los bollos ni hablar. La comida es exquisita y la atención incomparable de verdad que gente así de trabajadora y de buen corazón como la señora Ibáñez y su esposo es que necesitamos para que este país salga adelante. A pesar de que las cosas están carísimas ellos han mantenido sus precios, tanto que las sopas ni siquiera llegan al mediodía del gentío que viene a comer para acá”, aseveró Carolina Sandoval.

Ronald Gil- rgil@diariolaregion.net / @thedaniels21

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