Morir matando III

 

 

Las arremetidas iniciales y posteriores de Maduro, aunadas a los arreglos con la empresa Polar y su dueño Lorenzo Mendoza, entre otros, para sacar al país de la crisis; en mi opinión fue una jugada de distracción para un gobierno que continúa boqueando por falta aire fresco

 

Guillermo A. Zurga

Cuando Hugo Chávez enfermó y empezó el declive vertiginoso de su proyecto socialista del siglo XXI, escribí un artículo que titulé “Morir matando”, inspirado en la hipótesis de que aún cuando estaba muriendo, el presidente Hugo Chávez prefería terminar de hundir a Venezuela en la miseria antes de considerar rectificar sus políticas públicas fracasadas hasta ese entonces y cambiar radicalmente de rumbo para evitar el naufragio de la nación, al océano de la desesperanza.

Al nombrar a Nicolás Maduro como su sucesor, quién el 14 de abril de 2013 resulto llegar a la presidencia, tal como hubiese sucedido en un régimen monárquico; analizados los eventos antes y posteriores a su “coronación”, escribí el 2º artículo sobre el tema “Morir matando II”; puesto que interpreté, que Nicolás Maduro tampoco pensaba rectificar ni cambiar en un ápice el rumbo del proyecto original de Hugo Chávez, basado en la doctrina política del marxismo leninismo.

Las arremetidas iniciales y posteriores de Maduro, aunadas a los arreglos con la empresa Polar y su dueño Lorenzo Mendoza, entre otros, para sacar al país de la crisis; en mi opinión fue una jugada de distracción para un gobierno que continúa boqueando por falta aire fresco, debido a continúa sumido en una muerte terminal lenta, que no termina de advertir ni piensa en rectificar.

Los recientes eventos protagonizados por Nicolás Maduro para pretender resolver la corrupción y crisis económica de Venezuela, con soluciones tales como: a) solicitar una Ley Habilitante, b) ordenar a la población el saqueo de comercios como castigo a sus propietarios por tener sobre precios en los artículos, c) pretender obligar a los comerciantes a vender a “precios Justos” según el criterio del régimen, d) multiplicar los puntos de vigilancia en los comercios para garantizar ”justicia” en los precios, e) importar directamente a través de Mercal los artefactos electrodomésticos para garantizar en el país el abastecimiento de éstos, f) instaurar por decreto, en complicidad con la descarriada Asamblea Nacional, el Plan de la Patria 2013/2019, según el cual Hugo Chávez pensaba profundizar en el socialismo del siglo XXI.

Aun, con las señales económicas evidentes que se viven en Venezuela, el liderazgo del régimen insiste tozudamente en ignorar el rotundo fracaso de las políticas macro económicas que el régimen viene aplicando en la nación, a sabiendas de que iban a un inminente fracaso.

Si a eso sumamos que la producción de petróleo ha mermado en un millón o más de barriles por día, los precios del petróleo tienden a la baja, los formidables descubrimientos de petróleo en otros países que podrían saturar al mercado mundial, la falta de proyectos en Venezuela y la inviabilidad económica de realizarlos, la descontrolada deuda de Venezuela, la dependencia cada vez mas mayor de la población del gobierno y la iniciativa privada está cada vez más acorralada; tendremos que concluir, que un tsunami económico gigantesco amenaza a Venezuela.

Aún ante esta trágica situación, el régimen continúa oídos sordos, jugando al absurdo socialismo y al derrotado comunismo, razón para pensar que es irresponsable y suicida, y prefiere morir matando, que virar de rumbo 180 grados en la conducción del país y evitar así el indeseable naufragio que nos puede llevar a todos al fondo de un océano oscuro y desesperanzador.

gzurg@hotmail.com

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