La paz sea contigo

 

 

La Navidad es la época propicia para reunir los mejores sentimientos que tenemos y de brindarlos generosos a todo aquello que nos rodea

 

Santiago Quintero

Navidad, el tiempo del nacimiento del Creador, el tiempo de la recreación del espíritu y de la renovación de la voluntad, es la época propicia para reflexionar y meditar, para buscar y entender, para el encuentro múltiple de nuestro ser con sus maravillas y su admirable descubrimiento, cual luz que se desprende de esa estrella escondida que brilla dentro de cada uno de nosotros y que por estas fechas, le abrimos una ventana para que ilumine a las otras almas con su radiante saludo.

Allí, la naturaleza nos hace el maravilloso coro que canta a nuestro pesebre. Allí, estamos en la compañía de los afectos más queridos, rodeados del trinar de los pájaros, de los aromas del caney, de la alegría del viento tornado en serena brisa que aquieta sus olas para llenarnos del rocío que despierta nuestros sentidos.

Es la época propicia para reunir los mejores sentimientos que tenemos y de brindarlos generosos a todo aquello que nos rodea. A nuestros seres amados en primer lugar, a nuestro espacio, a nuestros animales y nuestras plantas, a todo ser amado que se constituye en la propia extensión de nuestra humanidad.

Allí entendemos que el nacimiento del Creador que celebramos, es el propio nacimiento de cada uno de nosotros. Y nuestro humilde pesebre, todas esas personas y cosas que nos rodean, celebrando ante el inmenso universo del pesebre mayor, el nacimiento de nuestro espacio, de una pequeña y minúscula estrella que nace para existir, que existe para compartir, que supera el dolor de su parto del vivir para crecer en el espíritu del aprendizaje que nos hace sabios aún sin saberlo.

Navidad es el tiempo del propio descubrimiento, del anuncio vital de nuestro despertar. Cesen la confrontación y el vano orgullo, supérense las cargas, las culpas y los complejos. Ábranse mente y corazón ampliamente para dar y recibir el goce de la Navidad.

El niño que está en su humilde pesebre agitando sus brazos para compartir su cálido y tierno saludo, somos cada uno de nosotros y la esperanza que porta en su estrella, es la de nuestra reconciliación.

Que la paz del niño que nace en ti sea contigo, y te acompañe y guarde todo el bienestar y la fortuna de su maravillosa redención.

santiagoquintero@gmail.com

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