Los Teques inundado en basura.

A tres días para despedir el año los tequeños siguen sumergidos entre desperdicios; promontorios de basura son visibles en calles y avenidas de la ciudad.
A tres días para despedir el año los tequeños siguen sumergidos entre desperdicios; promontorios de basura son visibles en calles y avenidas de la ciudad.

 El malestar entre los tequeños comienza a degenerar en protestas de calle

En Bogotá, capital y ciudad más poblada de Colombia, su alcalde Gustavo Petro fue destituido por el Gobierno en noviembre. ¿La causa? Haber impulsado un polémico plan para que el Estado se hiciera cargo de la recolección, transporte y disposición final de los residuos sin tener la infraestructura y la capacidad necesarias.

Como consecuencia de un gran número de irregularidades, gran parte de Bogotá estuvo los últimos meses completamente cubierta de basura.

Más allá del trasfondo político que pueda haber tenido, la decisión de destituir al referido burgomaestre es una señal de alerta para los recién electos alcaldes venezolanos, muchos de los cuales lograron ganar el pasado 8 de diciembre tras ofrecer “acabar con la basura”.

Muchos de estos, lejos de implementar políticas que hagan posible un tratamiento sustentable de los residuos, sólo buscan algún nuevo rincón para enterrar los excedentes una vez que se agota la capacidad de los rellenos sanitarios.

A sólo tres días para despedir el 2013 los tequeños siguen sumergidos entre desperdicios; promontorios de basura son visibles en las principales calles y avenidas de la ciudad, mientras que la situación empeora en sectores alejados.

“Sí pasan los camiones nuevos de Corpomiranda, pero cada dos o tres días; eso no es suficiente, deben venir todos los días”, explicó este viernes Miguel Ruiz, habitante de residencias Trigo Dorado. “Para salir de aquí –los edificios- hay que caminar literalmente sobre desperdicios”, sentencia.

Los desechos  llegan a tener tanto tiempo esperando ser retirados que hay zonas en Los Teques donde los zamuros comienzan a reunirse cerca y esperan la noche para alimentarse.

El problemas es patente no sólo en las comunidades, los depósitos del Hospital Victorino Santaella Ruiz, principal nosocomio de los Altos Mirandinos, lucen abarrotados de bolsas negras, toneladas de desechos que sirven de criadero de animales y bacterias en una zona que debería permanecer limpia.

“En muchas de esas bolsas hay desechos biológicos”, explica un trabajador del centro de salud mientras se tapa la nariz. “No es culpa de las autoridades de salud, eso escapa de sus manos; es un problema de la alcaldía”, agrega.

Así como el hospital, el Mercado Municipal de El Paso está convertido en un vertedero al aire libre. Este viernes media docena de perros regaban las bolsas. El olor es insoportable.

“Hay unas ratas allí que parecen conejos”, narra en tono de broma Alfredo Bastardo, quien venden frutas en el referido centro. “La situación es grave, el 90 % de esa basura es orgánica, lo que atrae muchos animales; si esto sigue así se va a comenzar a enfermar la gente”, agrega visiblemente preocupado.

Carrizal y Los Salias no escapan al problema, aunque en menor grado. En San Antonio de Los Altos el alcalde saliente tuvo que activar en varias oportunidades operativos especiales para enfrentar la crisis. En Carrizal los vecinos se quejan de un “lento e irregular” servicio de recolección a diario.

“La esperanza es lo último que se pierde”, agrega tras un suspiro Olga Campo, vecina de la avenida Bolívar de Los Teques, al referirse a las promesas hechas por el recién electo alcalde de Guaicaipuro, Francisco Garcés, quien aseguro –durante la campaña- que acabará con el problema que aqueja a la capital del clima ideal desde hace 15 años.

Daniel Murolo
dmurolo@diariolaregion.net / @dmurolo

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