Año Viejo dejó huecos y maleza en sector La Pradera

06-09-H
Una carretera de tierra es la que comunica a los habitantes de la comunidad con la vía principal de la zona que da acceso al centro de la ciudad

Los vecinos que hacen vida en la populosa comunidad La Pradera del municipio Guaicaipuro llevan más de cinco años clamando porque la alcaldía se digne a asfaltar la carretera que les da acceso hasta el centro de la ciudad capital, la cual se encuentra llena de huecos, troneras y fallas de borde.

“Desde que Rómulo Herrera, para las segundas elecciones que perdió contra Alirio Mendoza, asfaltó el sector durante la campaña electoral nadie más vino a arreglar la vía, estamos a punto de quedarnos incomunicados y la alcaldía aún como que no ha empezado a trabajar, porque no le hemos visto la cara a Garcés por ningún lado”, aseguró uno de los habitantes que prefirió mantenerse en anonimato.

Enormes troneras abundan por toda la carpeta asfáltica, por lo que los conductores deben transitar con sumo cuidado para poder esquivar los baches y huecos y así no caer de golpe en ello, pudiendo ocasionar algún accidente.

Uno de los trayectos, que se ubica al final de la comunidad, el camino es completamente de tierra, al cual se le abren más y más cráteres por la acción de las diferentes precipitaciones que caen sobre el municipio.

“La vía está destruida por completo, Garcés dijo que desde el primer día se iba a sentar en la plaza Bolívar de Los Teques para así atender al pueblo, ya hemos pasado varias veces por allí y no vemos a nadie, las puertas de la alcaldía han permanecido cerradas”, afirmó otra de las vecinas.

Por su parte, pequeños derrumbes mantienen obstaculizada la vía parcialmente, ya que los montículos de tierra se apuestan a uno de los hombrillos de la carretera, afectando también a las cunetas de la zona.

Basura acumulada

Malos olores y una gran cantidad de moscas invaden los alrededores de la comunidad La Pradera, ya que los vecinos aseveran que desde hace más de tres meses el camión del aseo urbano no ha pasado a recolectar, por lo que los desechos se han ido acumulando en enormes montículos que día a día se hacen más altos.

“Estamos inundados de bolsas de basura y la gente no toma conciencia, no la podemos quemar tampoco porque representaría una contaminación mayor y los afectados seríamos nosotros mismos, así que no nos queda de otra que esperar a que el alcalde comience a trabajar y resuelva todo este desastre. Sino tendremos que trancar calles para que nos escuchen”, fueron la palabras de otra de las personas que habita el lugar.

Los vecinos se muestran seriamente preocupados por el tema de las moscas que han pululado de manera “sobrenatural”, las cuales ingresan a las viviendas y se posan sobre los utensilios de cocina ya alimentos, poniendo e riesgo la salud de los habitantes.

El contenedor destinado para que los vecinos colocaran sus desperdicios en él, se encuentra volteado e inutilizable, ya que está oxidado y roto.

¿Y los bombillos?

La mayoría de los habitantes de La Pradera se hacen diariamente la pregunta de “¿dónde están los bombillos?”, ya que la zona carece completamente de alumbrado público, a pesar que los postes eléctricos están apostados en la carretera.

“Esto es una boca de lobo durante las noches, hace tiempo que con el proyecto del parque iban a colocar luz, pusieron los postes y así mismo los dejaron, nadie sabe qué pasó ni por qué dejaron los trabajos a medias. Ahora los perjudicados somos nosotros”, dijo Patricia Pérez.

Desde la entrada del parque Los Lagos la oscuridad se adueña de  la vía, por lo que durante las noches los peatones deben guiarse por las luces de las casas lejanas o alumbrar con la luz de sus celulares.

Sin gas

Desde hace aproximadamente tres meses atrás informan los vecinos que el camión de Pdvsa Gas dejó de distribuir las bombonas hacia el sector, sin embargo desconocen el motivo de dicha acción.

Hasta el centro de distribución de Los Cerritos deben dirigirse los compradores para poder adquirir los cilindros, por lo que deben pagar una cantidad más alta por los gastos que acarrea transportarse hasta el lugar.

“Hay que pagar 80 bolívares la carrera de taxi para ir y 80 para venir, a veces cobran más, otros días no te quieren llevar y así andamos”.

Sin seguridad

“La policía no viene nunca para acá”, fueron las palabras de una de las vecinas al referirse al nivel de inseguridad que hay en la zona, por lo que además piden patrullaje de los cuerpos policiales por la comunidad.

Anteriormente funcionaba en uno de los puntos de la localidad un módulo de poliguaicaipuro, el cual según los habitantes nunca funcionó y actualmente está habitada por familias que aprovecharon la estructura.

Ronald Gil- rgil@diariolaregion.net / @thedaniels21

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