En la urbanización El Encanto reina el olvido y la desidia

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Los vecinos aseguran que el camión del aseo no pasa a recolectar los desechos sólidos desde hace más de tres semanas, por lo que las aceras están obstruidas con montones de bolsas

Llena de huecos de diferentes tamaños se encuentra la calle principal de la urbanización El Encanto, ya que según manifiestan algunos lugareños, la carretera no ha sido asfaltada desde hace más de dos años.

Choferes, motorizados y demás conductores deben circular con sumo cuidado para evitar caer en uno de los cráteres y ocasionar algún accidente. Muchos motorizados se han caído al no poder esquivar los huecos, esta situación tiene varios años, indicó Luisa Ramírez.

Los policías acostados, cuya función es regular la velocidad de los vehículos, lucen desgastados; las cabillas han quedado a la vista de todos y han espichado más de un caucho.

A oscuras

Los postes de alumbrado ubicados a lo largo de la vía carecen de bombillos, por lo que el lugar es una boca de lobo durante las noches.

Algunos habitantes aseguran haber colocado en diferentes ocasiones la debida denuncia para que Corpoelec haga las correspondientes reparaciones y cese el problema, pero hasta los momentos no han recibido alguna respuesta por parte del ente encargado.

“La subida hacia las etapas es una oscuridad total, da miedo caminar por ahí de noche porque además los motorizados aprovechan para robar a los peatones, ya que para acá entra todo el que quiere”, dijo Ramírez.

Sin seguridad

La entrada a la urbanización luce abandonada y rayada con graffitis, sin contar la cantidad de basura y maleza que la rodea. Al construir el urbanismo, estaba prevista una garita para regular la entrada y salida de personas y así mantener la seguridad dentro de las instalaciones.

Sin embargo, nunca funcionó y quedó como “adorno” y en el olvido.

Reinan los desperdicios

Las aceras, caminerías y áreas de esparcimiento pertenecientes a la urbanización permanecen llenas de montículos de desechos ya que el camión del aseo urbano no hace la debida recolección desde hace aproximadamente tres semanas.

Los malos olores y las moscas son dueños absolutos de las calles que rodean los edificios de este sector tequeño, por lo que los vecinos hacen un llamado al alcalde Francisco Garcés a que se aboque a resolver de una vez por todas el problema con los camiones.

“Cuando pega brisa fuerte los olores nauseabundos se meten a los apartamentos, es un peligro porque aquí hay niños que pueden resultar perjudicados”, dijo Andrea Carrasquero.

Sin aceras

Lo que una vez fueron caminerías que daban acceso a los transeúntes a cada una de las etapas, actualmente están desbaratadas y llenas de monte, por lo que los peatones deben transitar por la carretera.

Rotas, desniveladas y afectadas por algunas fallas de borde lucen las aceras gracias a la falta de mantenimiento.

“Ya uno no puede caminar por ahí, algunas partes están levantadas y otras simplemente se desplomaron montaña abajo. Esto antes era muy bonito, pero como todo, lo están dejando perder”, expresó Carrasquero.

Por otra parte, las barandas con las que contaba uno de los tramos de la acera están deterioradas y prácticamente en el piso.

Monte y monte

Áreas comunes, aceras, parques, estacionamientos y carretera permanecen bajo la maleza que no ha sido podada desde hace más de un año.

“El monte nos está comiendo, las cuadrillas de la alcaldía no vienen para acá y mucho menos las de Corpomiranda. Necesitamos de verdad ese servicio porque estamos atestados”, declaró Carrasquero.

Las más perjudicadas son las aceras ya que el follaje obliga a los peatones a circular por el paso vehicular corriendo el riesgo de ser arrollados.

Ronald Gil- rgil@diariolaregion.net / @thedaniels21

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