Oposición Vs Venezuela

Los últimos acontecimientos producidos por la exacerbación de la intolerancia política contra deportistas cubanos, instalaciones turísticas del Estado, la familia y la casa del Gobernador del Estado Táchira, no son actos espontáneos. Manifestaciones con múltiples motivos, en diversos puntos del país, obedecen a acciones que tienen un hilo conductor, y es tratar de retomar el instrumento de la protesta, como un articulador y reanimador de la oposición, así como la palestra desde donde sustituir el liderazgo de Capriles por el de Leopoldo López.

La crisis por la que atraviesa internamente la Mesa de la Unidad, anima a sectores radicales a pretender pescar en río revuelto y hacerse del control político de la oposición. La estrategia es la mellada convocatoria a calentar la calle, genera caos, atacar temerariamente lugares con alta exposición pública como lo fue la delegación cubana que participó en la Serie del Caribe, o recientemente la casa del Gobernador del Táchira. Todo con el firme objetivo de capitalizar el liderazgo político y acelerar el inevitable declive de su líder referencial Henrique Capriles, que pretenden sustituir con Leopoldo López, el pretendido bateador emergente.

Desde el seno de la oposición se acusa a Capriles de desacertado en sus estrategias, blandengue por no apostar a la violencia y al caos, y sectario. Parece haber llegado el momento de sustituir su liderazgo nacional por otro alterno. Además los últimos resultados electorales dan cuenta de lo desacertado de sus estrategias y la incapacidad por ganar espacios políticos. La lectura de los dirigentes de Voluntad Popular fue presentar a un Leopoldo que contrastara con esa imagen del líder opositor en declive. Se erigen ante las bases opositoras con una estrategia violenta, con acciones de calle y abrazado con Antonio Ledezma y Maria Corina Machado. Un simple análisis nos puede permitir discernir que las disputas por el control de la oposición han llevado a generar una acción de vanguardia que permita revivir aquellas acciones de 2002, y acercarse a una dimisión del Presidente al vivo estilo ucraniano.

La agenda de conflicto es amplia y flexible. Cualquier razón que permita aglutinar a personas para protestar, es suficiente como motivo de la acción de calle. En fin el objetivo es estimular al ciudadano a protestar. El factor común en las protestas es la recurrencia de la actuación de grupos de jóvenes. Es bien sabido que son los muchachos, los grupos de jóvenes, sectores sensibles a la protesta violenta, valiéndose de la condición rebelde y temeraria asociada a la juventud. Y forma parte de los guiones de acciones aupadas desde grupos asociados a la estrategia de los movimientos tipo Otpor.

Estas acciones contrastan con los esfuerzos de pacificación del país. Mientras un sector de la oposición acepta la invitación del Presidente Nicolás Maduro, a abrir un espacio de comunicación  y planificación conjunta con el gobierno nacional para de forma conjunta atacar al problema de la seguridad, por el otro lado sectores minoritarios radicales buscan generar la violencia y el caos. Es la confrontación de dos oposiciones, de dos formas de atacar los problemas, una buscando soluciones y otra agudizando al problema.

Mientras tanto el venezolano promedio quiere que dejando a un lado las diferencias sobre modelos de país, enfoques ideológicos, valores humanos, se mejoren la calidad de vida en todas las dimensiones sociales, económicas, culturales y políticas. La percepción común, es que la confrontación política entre sectores debe ser sustituida por la confrontación con los problemas. Esperemos que sigan siendo reducidos estos sectores, y que la sensatez prive sobre la irracional confrontación que nos ha desgastado como sociedad.

Farith Fraija

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