Insistir una y mil veces

Es indudable que lo primero y fundamental es la unidad, la más amplia unidad. En este momento se libra un debate en el seno de la MUD

 

 

Pompeyo Márquez

 

 

 

 
Cuando se quiere que una idea se convierta en realidad, o sea que sea asimilada por las grandes mayorías, hay que insistir una y mil veces en ella. Por eso este comentarista no deja de recordar lo que el considera es lo fundamental que está planteado en la crisis que agobia a Venezuela.

Es indudable que lo primero y fundamental es la unidad, la más amplia unidad. En este momento se libra un debate en el seno de la MUD. Ello es sano, forma parte de la pluralidad en lo interno. Es indudable que el debate debe concluir cuanto antes.

Venezuela está urgida de un cambio. Los indicadores de la realidad muestran en profundidad que la crisis abarca a los más variados sectores, por tanto, el país no puede darse el lujo de esperar ni de contemplar.

Tiene que haber una movilización general de todos los sectores y al mismo tiempo la búsqueda de un diálogo. Pero lo que hemos expresado es que para que se produzca este cambio es indispensable modificar el gobierno. Esta es la clave para producir esos cambios que la sociedad venezolana está reclamando.

El equipo gobernante está empeñado en mantenerse en el poder a cómo de lugar, aún a costa de que Venezuela resulte destruida. Y es obvio que este equipo fracasó. Después de quince años en el poder, habiendo contado con el respaldo popular y el dinero suficiente, esta camarilla que nos gobierna fue tan inepta e incapaz que la aplicación de sus nefastas políticas han hundido al país en una profunda crisis sistémica.

De ahí se concluye que este equipo tiene que ser cambiado por un nuevo gobierno que aplique un modelo distinto que le abra a nuestra Patria el camino de la reconciliación, de la democracia, de la libertad, el progreso y la justicia social. Estas son ideas que deben convertirse en el programa de la movilización popular.

Otra idea en la cual hemos venido insistiendo se refiere a la unidad del país. La Nación venezolana no puede avanzar dividida en dos pedazos antagónicos, confrontando, descalificando, como lo quiere el actual equipo gobernante; donde una minoría le quiere imponer a la mayoría un modelo fracasado.

Las protestas y movilizaciones deben enarbolar ese mensaje de cambio de gobierno y de régimen como la vía para salir de esta crisis, en nuestra opinión bajo la premisa de que movilizaciones de calle y diálogo no están en contradicción.

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