Violencia premeditada

Tal como hemos venido denunciando ante el país y el mundo, la ultraderecha venezolana y grupos fascistas ponen en marcha un plan macabro para desconocer la institucionalidad y dar un golpe de estado. La violencia desbocada que azota algunas ciudades responde a esquemas premeditados de la oposición para sumir en un ambiente de incertidumbre a la población.

Detrás de las manifestaciones violentas están las manos del fascismo criollo junto a las del imperio. En estos días, los guiones golpistas campean en los predios de la ultraderecha. No importan las consecuencias de sus actos; llamarán daños colaterales a su locura por acceder al poder. Continuarán asesinando a camaradas y amigos. Su odio no tiene límites, basta con ver las caras de quienes apoyan las aberrantes acciones de los grupos anárquicos.

El presidente Nicolás Maduro Moros se preocupa por hacer de Venezuela un espacio para convivir en paz. Reiterados llamados  salen de Miraflores; propuestas de calle pregona y plantea el camarada Nicolás. Su deseo, y el de los venezolanos, es vivir en armonía, en un país donde la tolerancia se constituya en el centro de la paz nacional.

Los venezolanos no podemos permitir que se repitan de nuevo  hechos como los del 2002. En ese entonces, las facciones opositoras demostraron sin tapujos lo que realmente eran capaces de hacer. Manipularon sus seguidores y los empujaron a apoyar una aventura golpista que sólo produjo desolación y muerte, poco respeto demostraron por los derechos humanos, simplemente se plegaron al formato impuesto desde Washington y a satisfacer sus ambiciones personales.

La violencia impuesta a los ciudadanos es premeditada. Física o psicológica, siembra zozobra entre los venezolanos. Sus mentores odian el proceso revolucionario y por extensión, a quienes lo apoyamos. Basta con escuchar sus consignas para reconocer en ellas, la carga de miseria adscritas a un discurso filofascista cuyo cimiento nace del terror. Estamos obligados a defender la Revolución Bolivariana para gloria de nuestros libertadores y del Comandante Chávez.

José Gregorio González Márquez // caminosdealtair@hotmail.com

 

 

 

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