El talud que se originó como consecuencia de las fuertes lluvias que azotaron a la ciudad capital en noviembre pasado continúa causando estragos a los habitantes de la comunidad Los Lagos y zonas aledañas, ya que pese a las diversos llamados de los vecinos a las autoridades encargadas, éstas aún no han hecho acto de presencia en la zona para limpiar los daños y corregir la falla.
Más de 500 familias permanecen en vilo debido a que el derrumbe cada vez va “ganando más terreno” y amenaza con dejar incomunicado por completo este sector del municipio Guaicaipuro. Además, dos viviendas ubicadas en la parte de arriba del camino están “pendiendo de un hilo” y han perdido gran parte de lo que anteriormente era un muro de contención, del cual actualmente no queda ni rastro.
“Necesitamos que quiten ese derrumbe, ya tiene mucho tiempo ahí y los de la alcaldía no han venido nunca”, manifestó Carlos Figueroa. La carretera principal no es la única que permanece obstaculizada y los vehículos ahora solo cuentan con un canal para circular; también lo están el cableado eléctrico y los postes de alumbrado que se ubicaban en este punto de dicha arteria vial, la cual era utilizada por los choferes como “camino verde” para librarse de la cola de la carretera Panamericana.
Cables y postes continúan enredados en una gran maraña de tierra y palos y a pesar de que los habitantes de las viviendas afectadas han colocado plástico sobre la tierra para que no se siga deslizando, el talud se rueda cada vez más.
“Llena de cráteres”
La carretera vieja de Los Alpes se encuentra “cundida” de enormes troneras que dificultan aún más el tránsito de los vehículos, por lo que la mayoría de las personas que hacen vida en la zona piden la pronta renovación de la carpeta asfáltica.
“Es horrible manejar por aquí, además de los huecos la carreteras es muy angosta y los vecinos estacionan carros de lado y lado haciendo que uno sude al tratar de llegar a la Panamericana por esta vía. Los Alpes está totalmente abandonado por las autoridades municipales”, afirmó Ericka Mendoza.
Agua y agua
Un bote de aguas blancas se ubica justo en las cercanías del talud desde hace un mes y ha ido socavando el terreno y deteriorando aún más la carpeta asfáltica.
Según aseguran algunos vecinos “aparece y desaparece”, pero las cartas que han mandado a Hidrocapital “han sido en vano” ya que aún se encuentran esperando a los trabajadores para que reparen la tubería y así acabar con esta problemática que perjudica a todos.
Postes deteriorados
No sólo los postes arrasados por el talud están apunto de desplomarse, también aquellos que se apuestan a lo largo y ancho de la carretera que tienen más de dos años sin que se les realice el debido mantenimiento.
“Unos bombillos prenden y otros no. Algunos están guindando, es un peligro porque en cualquier momento se pueden caer cuando uno esté pasando por allí y resultar herido o hasta muerto”, dijo Mendoza.
Falta desmalezamiento
Una gran cantidad de follaje cubre por completo los hombrillos de la carretera ya que según informan los residentes las cuadrillas de Corpomiranda y de la Alcaldía de Guaicaipuro se ausentaron del lugar desde hace más de año y medio.
“El monte no lo cortan desde hace años, algunos lugareños lo cortaban con sus machetes, pero con la lluvia crece muy rápido. Hacemos un llamado al alcalde para que mande sus cuadrillas para acá a ver si hacen algo por nosotros”, indicó Mendoza.
Cunetas tapadas
Desechos sólidos, tierra, escombros y monte mantienen inutilizables las cunetas del lugar, por lo que se rebozan durante los días lluviosos haciendo que el agua corra libremente por la carretera, ocasionándole más huecos a la vialidad.
Algunas chatarras han sido abandonadas a orillas de la vía, por lo que también obstruyen los drenajes y colaboran con el mal estado del asfalto.
Ronald Gil- rgil@diariolaregion.net / @thedaniels21