La montaña de basura que está en la entrada de la Unidad Educativa Monseñor Arias Blanco tiene un peculiar ingrediente adicional: coloridas pancartas creadas por los niños de la institución para pedir amablemente a los encargados de la recolección que hagan su trabajo.
Aunque la directiva de la escuela se negó a dar declaraciones, los representantes que acudían a buscar a sus hijos y los vecinos alzaron su voz asegurando que la situación es insostenible por las moscas, gusanos y ratas que se generan por la basura y el bote de aguas negras.
Además de soportar la desagradable presencia de los roedores e insectos, muchas madres aseguraron que deben entrar y salir rápidamente de la escuela porque el olor en las afueras es intolerable.
Para José Martínez, quien a diario transita por el lugar, la calle está “convertida en un botadero municipal; vecinos de sectores cercanos arrojan basura ahí sin importarles que sea la entrada del plantel“, expresó.
Promesas incumplidas
“Desde que trancamos la calle hace un mes nos prometieron cerrar el vertedero y reparar el bote de aguas negras, pero lo único que hicieron fue recoger la basura ese día y desaparecieron“, aseguró Marielba Flores refiriéndose a los representantes de la Alcaldía de Guaicaipuro que mediaron para que finalizara dicha protesta.
Carlos Peña – [email protected] / @Litozz
