Aunque las leyes cubanas prohíben el trato desproporcionado a los presos, Estados Unidos asegura que ha habido «informes fidedignos» de intimidaciones por parte de las fuerzas de seguridad, así como de agresiones contra defensores de derechos humanos, disidentes y otros detenidos
La mayoría de las violaciones de los derechos humanos en Cuba, según denunció ayer el Gobierno de Estados Unidos, las cometen las autoridades cubanas, que continúan amenazando, intimidando y acosando a los disidentes políticos, a los que prohíben la libertad de expresión y de reunión pacífica.
En el informe del Departamento de Estado estadounidense sobre los derechos humanos en el mundo, enviado ayer al Congreso, Washington vuelve a insistir en el caso del fallecimiento de los líderes opositores Oswaldo Payá y Harold Cepero, que, a su juicio, no ha sido debidamente investigado.
El reporte hace referencia a las declaraciones vertidas por el político español Ángel Carromero, que conducía el automóvil en el que viajaban los dos disidentes cuando murieron, en una entrevista concedida hace un año al diario The Washington Post.
«Carromero alegó que fue testigo de que el gobierno de Cuba estuvo involucrado en las lesiones mortales sufridas por Payá y Cepero en julio de 2012» y especificó que el accidente en que murieron los dos disidentes «se produjo porque las fuerzas de seguridad del Estado siguieron el vehículo de Payá muy de cerca, golpearon el coche y le obligaron a salir de la carretera», apunta.
«El Gobierno (de Cuba) negó esta versión de los hechos y afirmó que Carromero causó el accidente cuando perdió el control del vehículo debido al exceso de velocidad», insiste el informe, que reitera la ausencia de una investigación transparente del caso.
Aunque las leyes cubanas prohíben el trato desproporcionado a los presos, Estados Unidos asegura que ha habido «informes fidedignos» de intimidaciones por parte de las fuerzas de seguridad, así como de agresiones contra defensores de derechos humanos, disidentes y otros detenidos. Abusos éstos que además se llevaron a cabo con total impunidad, agrega el texto.
«Las prisiones continúan hacinadas y las instalaciones, el saneamiento y la atención médica son muy deficientes. Los informes de palizas a los prisioneros han sido comunes e incluyeron golpes por parte de los funcionarios de prisiones, así como entre los prisioneros», asegura el informe.
Según el Departamento de Estado, el pasado año también hubo «algunos informes de agresiones sexuales entre presos, por lo general debido a la falta de guardias de seguridad en la prisión».
Asimismo, el reporte reitera que el país caribeño continúa practicando detenciones arbitrarias como un método común del gobierno «para controlar la expresión pública independiente y la actividad política».
AP