El extraño Jerjes se lanza sobre Atenas

Atenas, la primera en el camino del enemigo, es defendida por la escuadra del general Temístocles (interpretado por el australiano Sullivan Stapleton), que se ve obligado a intentar una alianza con sus tradicionales rivales, los espartanos.
Atenas, la primera en el camino del enemigo, es defendida por la escuadra del general Temístocles (interpretado por el australiano Sullivan Stapleton), que se ve obligado a intentar una alianza con sus tradicionales rivales, los espartanos.

 La carrera cinematográfica de Rodrigo Santoro está apuntalada por momentos marcantes desde Bicho de sete cabeças, que le dio cantidad de premios y visibilidad para trabajar en el exterior

Pero el actor petropolitano de 38 años confiesa que el divisor de las aguas de su trayectoria es 300 (2006), el épico de inspiración pop dirigido por Zack Snyder sobre la tentativa de conquista de Grecia por los persas, en 480 a.C., y en el cual interpretaba a Jerjes, rey de apariencia exótica, con tres metros de altura y voz de trueno.

«Después de 300, hice los films sobre el Che Guevara, de Steven Soderbergh, en los cuales compartí escena con Benicio del Toro, y Cinturón rojo, de David Mamet, el mismo año. Pensé para mí: `algo diferente está sucediendo.

Terminé de trabajar con artistas por los cuales siento gran admiración. Creo que esa aventura de hacer cine en el exterior se está poniendo más interesante`. Hasta entonces, no había mirado hacia eso con más seriedad», dice Santoro, que retoma el papel de Jerjes, el semidiós persa, en 300: el nacimiento de un imperio, dirigido por el israelí Noam Murro, secuela del éxito protagonizado por Gerard Butler.

Adaptación de la novela gráfica homónima de Frank Miller, 300 consumió cerca de 65 millones de dólares para recrear la batalla entre Jerjes y las tropas griegas, formada por guerreros de Esparta. La producción, que abusaba de programas de computadora para reproducir la textura de las historietas, facturó US$ 456 millones y abrió la posibilidad para una secuela.

El proyecto quedó a la espera de que Miller cumpliera la promesa de escribir un nuevo capítulo para la saga griega, que se concentraría en el personaje Jerjes, hasta ahora no terminada. Impacientes, los estudios Warner Brothers, poseedores de los derechos de adaptación de la historieta, encomendaron un guión inspirado en los personajes creados por el historietista, que va más allá de los dominios del todopoderoso rey persa de apariencia andrógina.
Con la anticipación de los planes de Warner, Santoro perdió la chance de ser el protagonista del nuevo capítulo, pero no pensó dos veces en aceptar la oferta de volver al personaje que le dio visibilidad en el mundo entero. Ni aún el recuerdo del penoso proceso de caracterización, que incluyó raparse todos los pelos del cuerpo, aplicación de maquillaje y de piercings que le insumía, en el primer film, cerca de seis horas, le abatió el ánimo.

Estaba también el solitario proceso de filmación, que lo obligaba a quedar en un estudio de sonido vacío, contra un fondo azul, diciendo sus palabras en la dirección de una marca en el suelo hecha con cinta crepé, que para la secuela que ahora llega evolucionó hacia una pelota de tenis. Encima de todo esto estaba el desafío inédito de poder revisitar un personaje.

«Dicen que hacer teatro es hacer el mismo personaje todos los días. Pero, por las pocas experiencias en el escenario que tuve, puedo afirmar que no es así. Lo mismo puedo decir en relación a Jerjes. Volver a él no fue lo mismo, porque soy una persona diferente de la que era seis años atrás, por tanto, un nuevo abordaje sería diferente de la primera vez», explica el actor, que fue hacia el set de El nacimiento de un imperio lleno de curiosidad sobre el personaje que causara tanta extrañeza y admiración en 300.

«La primera historia generó muchas reacciones y, para mi sorpresa, Jerjes tuvo un impacto muy grande en el público. ¿Quién es ese tipo? ¿De dónde vino? ¿Por qué esa voz? Como el nuevo film se propone contar los orígenes de Jerjes, su pasado y sus motivaciones, fue interesante porque tuve la oportunidad de llevar un poco de humanidad hacia él, entenderlo. En el primero no había espacio para eso».

La trama de 300: el nacimiento de un imperio, ocurre casi que en paralelo a la batalla de Termópilas, mostrada en el primer largometraje. Después de la masacrante victoria sobre la pequeña tropa del rey Leónidas (Butler), el ejército persa, bajo el comando del monarca Jerjes, marcha ahora en dirección a las ciudades-estados griegas.

Agencias

Salir de la versión móvil